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A la mañana siguiente, Seungmin despertó sobresaltado. Le tomó un momento darse cuenta de que estaba confundido porque no estaba en su propio apartamento. Estaba en casa de Jeongin, en el sofá. Se rascó la cabeza mientras todos los recuerdos de ayer venían de regreso.

Hyunjin le había dicho que era su ángel de la guarda. Quería creer que todo era una pesadilla, pero no tuvo la suerte de que eso fuera verdad. Estoy loco, pensó, retorciéndose con horror. No se sentía loco, pero adivinó que los que lo estaban nunca se sentían así.

Gimió, sintiéndose peor que cuando se había bebido dos botellas enteras de vino en año nuevo, y se dirigió a la cocina. El dolor de cabeza era una combinación de hambre y frustración. Debido que era el tipo de hombre que se comía sus sentimientos, agarró una caja de cereal azucarado del armario de su amigo y se sirvió un tazón.

Justo cuando abrió la nevera para tomar la leche, alguien dijo: —Yo comería una tostada, si fuera tú. Esa leche caducó hace una semana.

—Gracias, yo...— se quedó helado. Espera un segundo —¡Hyunjin!

Se dio la vuelta y se enfrentó al hombre.

—Buenos días— Hyunjin lo saludó con la mano.

Seungmin soltó una sarta de maldiciones de un kilómetro de largo.

—Cielos, basta con las maldiciones— Hyunjin puso las manos en sus orejas —Soy un ángel. Mis oídos son demasiado delicados para tus blasfemias.

—¡Podrías parar con esas cosas de ángel!— dijo —Se supone que los ángeles son invisibles y serviciales. No eres invisible y también eres molesto.

—Tal vez Dios sabía que era el único ángel que podría tolerarte.

Justo cuando abrió la boca para protestar, se quedó paralizado. Estaba peleando con su alucinación. Esto iba más allá de la comodidad de comer. Tenía que llamar a un psiquiatra. Espera. Hizo una pausa. ¿Van a encerrarme y a tirar la llave?

Aun así no podía seguir dando vueltas parloteando con una persona invisible. Era un peligro para la sociedad. Primero vería ángeles, después los demonios saldrían.

Mierda, mierda, mierda.

Se retorció y le dijo: —¿Por qué está pasándome esto a mí?

Su karma era peor de lo que pensaba.

—Esto está sucediéndote, porque no estás en el camino correcto— dijo Hyunjin —Fui enviado del cielo para ayudarte a hacer las cosas bien.

—No te necesito— respondió —Vuelve de dónde viniste.

—No puede ser, mejillas dulces— sonrió —Por mucho que me gustaría hacer eso, no me puedo ir hasta que mi misión se haya completado. De lo contrario, me van a degradar... otra vez— Hyunjin dio un suspiro de exasperación.

—Voy a llamar al hospital ahora mismo— agarró su mochila que estaba sobre el mostrador y sacó su teléfono —No me importa si me encierran y tiran la llave. Me estoy volviendo loco y necesito ayuda.

—No vas a volverte loco— dijo —Estoy realmente aquí.

—Si estuvieras realmente aquí, mi amigo te hubiera visto anoche— dijo, buscando hospitales psiquiátricos en internet.

—¿Eso es lo que necesito para que creas en mí?— le preguntó —¿Quieres que me vea?

Seungmin no le hizo caso. Hablar con su alucinación era una mala idea. Solo alimentaría su equivocada creencia de que era real. Encontró el número de la clínica más cercana y empezó a marcar.

𖦞 𝖺𝗇𝗀𝖾𝗅 𖥧Where stories live. Discover now