Capítulo 3:La Prueba Del Sello Roto

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—Moroha no...— Dijo casi en un susurro— soy... Beniyasha— Dijo dibujando una sonrisa siniestra en su rostro.

Inuyasha quiso ponerse al lado de su esposa quien seguía arrodillada al lado de su hija que la miraba de forma inquietante, pero antes de poder acercarse su instinto le advirtió de una amenaza provocando que quisiera alejar a la joven sacerdotisa de la shihanyo.

—¡CUIDADO, KAGOME!— Advirtió el hanyo tomando a la pelinegra por los brazos y apartandola rápidamente, evitando que el ataque que la shihanyo lanzó con sus garras le provocará algún daño.Todos retrocedieron rápidamente poniéndose en guardia a espera de cualquier movimiento de parte de la shihanyo.

—¿¡Qué es lo que te pasa, Moroha!?— Gritó la gemela menor empuñando su naginata y llamando así la atención de la shihanyo, esta se lanzó hacia la castaña y comenzó a atacarla sin piedad alguna.

Setsuna peleaba contra Moroha, aunque más que pelear solo se estaba defendiendo y esquivando con dificultad los ataques que la shihanyo le lanzaba.Durante el inicio de su viaje las gemelas tuvieron que fingir una pelea contra Beniyasha como estrategia para atraer a un demonio, en esa pelea se habían dado cuenta del poder y la fuerza que poseía su prima al utilizar su sangre demoníaca pero ahora era distinto...la castaña se estaba dando cuenta que a diferencia de aquella ocasión ahora su prima tenía mucha más fuerza, mucho más poder, sus movimientos eran más rápidos e incluso su mirada era distinta; aquellos ojos marrones llenos de alegría e inocencia ahora se encontraban cubiertos de un rojo intenso alrededor de aquellos orbes que ahora eran de color dorado, alrededor de sus ojos se podían distinguir unas líneas moradas que sobresalían por sus pestañas, esa mirada no transmitía nada más que furia, rencor y una enorme sed de sangre.

—¡SETSUNA, CUIDADO!— Advirtió la gemela mayor antes de que la shihanyo le hiciera un corte algo profundo en el brazo a la castaña con sus garras.Setsuna retrocedió de un salto sosteniendo el área de la herida para detener el sangrado, sentía algo de dolor pero eso no le importaba.

La shihanyo observó sus garras que se encontraban cubiertas de la sangre de Setsuna, dibujó una sonrisa siniestra en su rostro mostrando sus colmillos para luego hablarle a la castaña con un tono de voz escolofriante sin dirigirle la mirada— Es interesante que tú sangre no sea tan fría como tú corazón...— La mira amenazante— hija de Sesshomaru...

La castaña se encontraba preocupada, no quería herir a su prima pero tampoco quería salir más lastimada.En eso la shihanyo la sacó de sus pensamientos lanzándole otro ataque con sus garras, pero se vió intersectada por una flecha que estalló provocando una onda de energía espiritual que envió a la shihanyo hacia atrás un poco lejos.La adolescentes dirigió su mirada hacia donde había salido la flecha encontrándose con la joven sacerdotisa al lado de Inuyasha que sostenía a colmillo de acero—¡Hija, por favor reacciona!— Suplicó la sacerdotisa joven, la shihanyo se lanzó hacia ellos con toda la intención de atacarlos pero fue detenida por su padre que empezó a luchar contra ella teniendo cuidado de no lastimarla.

—Tenemos que hacer algo rápido— Sugirió Sango.

—¡Hisui! Ve con el señor Inuyasha y distraiganla, yo me encargaré de retenerla— Ordenó el jefe de los exterminadores a su sobrino, quien solo afirmó con la cabeza y se marchó a cumplir la orden.

A Inuyasha se le estaba dificultando luchar contra su hija, la shihanyo atacaba a gran velocidad y sin siquiera mostrar una pizca de piedad o remordimiento, el hanyo trataba de no lastimarla pero se le estaba complicando.En eso la pelea se vió interrumpida— ¡HIRAIKOTSU!— Gritó el joven exterminador lanzando su bumerang hacia la shihanyo, esta logró esquivarlo a la primera pero lo que nadie se esperaba era que cuando el bumerang venía de regreso la shihanyo lo detuvo con sus manos y lo destrozó en el suelo sin mucha dificultad.Antes de que la adolescente se lanzara a atacar nuevamente el jefe de exterminadores lanzó la cadena de su arma envolviendola en el cuerpo de la shihanyo, esta forcejeo un buen rato sin poder soltarse hasta que cayó al suelo de rodillas sin dejar de forcejear.

Enfrentando El DestinoWhere stories live. Discover now