Villain [Kacchako]

13.

El silencio reinaba dentro de la sala y la enorme tensión en el ambiente no pasaba desapercibida.

Sentía que se quedaba sin aire. Una enorme presión en el pecho se hacía presente.

Ella lo sabía, lo llevaba sabiendo desde hace un par de días. Pero en lo más profundo de su ser deseaba que no fuera verdad, que fuera una estúpida pesadilla.

Esa pesadilla era real.

Un apretón en el hombro la hace voltear, Deku la mira y por un momento Uraraka pensó que ahí se encontraba el mismo Deku que huyó de la UA para salvarlos de All For One.

Los ojos del chico estaban inundados de tristeza, pero aún así, le sonrío de la mejor forma que pudo para transmitirle su apoyo.

Los ojos le escocían, no quería llorar, no se lo quería permitir.

Volvió su mirada alrededor, todos estaban con la mirada fija en la pantalla, intentando asimilar qué era lo que estaba sucediendo.

Luego de unos segundos, otros sentimientos se manifestaron en cada uno.

Sero se puso de cuclillas y se masajeaba las sienes. A Kaminari le fallaron las piernas y cae al suelo de culo sin dejar de mirar a la pantalla.

Mina se gira hacia Kirishima y lo abraza con fuerza escondiendo su cabeza en el pecho de su novio. Los movimientos de hombros de esta le da a entender que estaba llorando.

El pelirrojo por su parte la abraza con fuerza y acaricia su cabello sin dejar de mirar a la pantalla con una expresión que no supo identificar.

A la izquierda de la sala, Shoji y Tokoyami miraban al suelo, pálidos. Pues ambos tenían miradas de horror.

Y así todos, horror, tristeza, sorpresa y, sobretodo, estupefacientes.

Tsuyu se acercó a ella para abrazarla, algo que la castaña sin duda correspondió.

- Lo siento Ocha.. no te creí y sufriste en silencio por yo no haberte escuchado, perdón. - murmura con un hilo de voz.

Comenzaba a desvanecerse. Estaba ahogándose. Los sentidos dejaban de funcionar.

La visión se volvía borrosa y escuchaba el ruido como un extraño eco dentro de su cabeza.

La tomaron del brazo y con cuidado la guiaban, no sabía a donde pero no tenía fuerzas para resistirse.

Comenzaba a hiperventilar, unas gotas resbalan por sus mejillas y por fin se da cuenta de que había estado llorando.