Cap. 19. Azkaban.

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El juicio de Sirius Black no fue inmediato, la justicia mágica era algo que escapaba al entendimiento de Severus; mucho más atrasada que la muggle, sin lugar a dudas.

Tuvo tiempo para llorar (a solas) la pérdida de Lily, sin embargo no tenía demasiado como para malgastarlo victimizándose y odiándose. Tenía que cuidar de Regulus y tratar de sacarlos a ambos de todo ese lío en el que se habían visto envueltos.

Regulus no había llorado en absoluto por la muerte de James, si bien le había gustado de pequeño también había sido el chico que le pegó en numerosas ocasiones, y el que casi lo ahoga en el lago. Le daba pena, especialmente por el niño que ahora tenía a su cargo, pero no la suficiente como para derramar lágrimas por él. ¡Era un Black!

Respecto al bebé... Regulus tenía apenas 18 años y era probablemente la persona menos cualificada para cuidar de otro ser humano, pero era provisional mientras sacaban a Sirius de la cárcel. No tenía ningún tipo de referentes, a él lo había criado un elfo doméstico mal humorado, no sabía qué hacer con un niño tan pequeño, y Severus no lo estaba ayudando. No le gustaban los niños, especialmente los que se apellidaban Potter.

Estaba muy cansado y triste como para que algo le hiciera la suficiente gracia para reírse, sin embargo ver a Regulus tratando de explicarle cómo funcionaba el Quidditch al niño le sacó al menos una sonrisa. Era sorprendente lo fanático que era mientras que no cumplía en absoluto el perfil de deportista. Su personalidad simplemente no encajaba con el hecho de que fuera un obseso del Quidditch.

Severus había pensado en ello de vez en cuando durante sus años en Hogwarts, sin llegar a ninguna conclusión clara. Regulus debería haber sido una rata de biblioteca y no un chico popular y deportista.

-No entiendo porqué te gusta el Quidditch-.

Interrumpió la explicación que Regulus le estaba dando al bebé sobre el funcionamiento de las bludgers.

Regulus lo miró, un poco sorprendido. Severus era el tipo de persona que raramente preguntaba algo, si conocía los intereses y las preferencias de Regulus no era precisamente porque mostrara interés preguntando, se limitaba a observar y recopilar información.

-Me hace sentirme normal-.

Severus no se esperaba en absoluto esa respuesta. No creía que ningún fan del deporte pudiera tener alguna razón interesante o trascendental, pero ahora quería que Regulus desarrollara su respuesta, por lo que lo miró en silencio esperando que continuara.

-Antes de entrar en Hogwarts me gustaba porque era la forma que tenía de pasar tiempo con Sirius sin estar peleando. Él me enseñó a jugar y me acompañó a comprar mi primera escoba. Tengo muy buenos recuerdos de esa época-.

Probablemente sus únicos buenos recuerdos relacionados cona familia.

-Cuando entré en Hogwarts y Sirius dejó de hablarme me obsesioné porque quería ser el mejor. Quería demostrarle que era más interesante que ese James Potter, que había mejorado mucho y era al menos tan bueno como él-.

Severus lo recordaba vagamente, a él ya le había llamado la atención el chico en aquel entonces pero se limitaban a saludarse por los pasillos. Regulus había estado muy ocupado; yendo constantemente de la biblioteca al campo de entrenamiento y viceversa, era raro verlo en otro lugar. Severus estaba seguro de que se había estado saltando una buena parte de las comidas, no recordaba haber tenido muchas interacciones con él en el comedor.

Esa etapa obsesiva había durado al menos 4 años, desde el segundo curso de Regulus hasta quinto, donde comenzó a relajarse un poco porque era imposible seguir el ritmo de entrenamientos sin desatender sus estudios.

Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.Where stories live. Discover now