El fuego se esparcía por todo el establecimiento, dejándolo como la indefensa Manon; En pedazos y cenizas. El pelirrojo trataba de mantenerse en pie mientras el líquido carmesí se paseaba por cada parte expuesta de su cuerpo. No supo distinguir si el ruido que escuchaba eran sirenas de policía, gritos de una mujer o las dos juntas, pero si el hecho de que se hacía más agudo y fuerte
–Lo lamento Manon...si hubiese sido más rápido, si no hubiese aceptado este empleo, tú y yo estaríamos cenando en un lindo restaurante...– Apenas podía entender sus propias palabras, hasta que todo se volvió borroso y sintió mucho sueño –Al menos te podré acompañar, espero que me perdones –y sin más explicaciones, se desplomó al suelo, aún con conciencia, pero sin la suficiente energía para ponerse en pie nuevamente
La palabra arrepentimiento era lo único que pasaba por su cabeza; Se arrepentía de haber dejado ir a Manon, se arrepentía de no haber hecho más por ella, de no haber pasado tanto tiempo con ella, se arrepentía de no conseguir un empleo estable, se arrepentía de trabajar allí, se arrepentía de conocer a su jefe, se arrepentía de que por su culpa ahora Manon estuviese en pedazos, que por poco iba a degustar en un macabro plato, digno de su jefe, se arrepentía de confiar tanto en Vincent y se arrepentía de haber nacido, de haber sido una carga económica para su familia y ser tan pesado para su novia
PIP PIP PIP
Se levantó con un fuerte grito, el sudor bajaba por su frente, frío. Intentó incorporarse nuevamente en su habitación, miró a su alrededor y suspiró profundamente, mientras pasaba sus manos por su rostro en busca de algún contacto que le indicase lo que obviamente ocurría
–Fue una pesadilla....fue una pesadilla....¡Fue una pesadilla!– repetía con júbilo mientras se levantaba en dirección al baño
Al llegar, se miró en el espejo roto "Algún día debo comprar uno nuevo" y observo sus grandes ojeras, además de que su cabello era un desastre y estaba demasiado sudado. Abrió el grifo y tiro agua en su rostro, sin embargo, por el poco mantenimiento de este, el agua salió por todos lados y lo terminó empapando por completo
–Buen recordatorio de que debo bañarme, supongo–
Con algo de duda se quitó sus prendas y se dio un buen baño. Dejó que el agua y el jabón se encargaran de sus preocupaciones y volvió a suspirar por segunda vez en el día. Se colocó su uniforme y corrió a su trabajo, aún sin desayunar.
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–...llegas tarde, otra vez–
–¡H-hola Chef!... sí...eeemmm debo ir a trabajar–
–Estas hecho un desastre, tienes ojeras y estás despeinado, si los clientes te vieran saldrían corriendo – se tomó una pausa y caminó hacia el pelirrojo, poniéndolo tenso–¿Que te sucede?...¿Y desde cuando te refieres a mi con tanto respeto?–
