Charlotte
Cuando se hizo más tarde tuve que volver a mi habitación, despidiendome de un adormilado Willy
—Creo que fue mucho estudio por hoy ¿Verdad? —Le mire burlonamente
—Aprender a leer es muy difícil —Sobo sus ojos estirándose, de alguna manera esa pequeña acción causo algo en mi mecanismo sacándome una pequeña sonrisa
—Sera mejor que duermas, aún queda un largo camino —Comence a apilar los libros en su escritorio, los dejaría allí para el día siguiente
—¿Segura que no quieres formar parte del plan? —Me pregunto, habíamos hablado de ello hace un rato
—Si yo me voy Fregoso notaría mi ausencia, será mejor que yo los mantenga aquí
—Esta bien —Solto un largo bostezo contagiandome a mi también
Ambos nos miramos y reíamos suavemente, pronto se levantó y se acerco a mi colocando mi cabello rebelde detrás de mi oreja
—Sera mejor que vayas a dormir, mañana será un día agotador de seguro —Mantuvo su mano allí, no me moví, tan solo me quedé viendo aquellos ojos que comenzaban a gustarme
—Tu igual —Me aleje rápidamente, no quería ilusionar a Willy ¿Que tal si no sentía nada? ¿Y si no resultaba?
Me acerque y abrí la puerta que iba al pasillo —Descansa Willy —Sali cerrando la puerta tras de mi
Omnisciente
Esa noche Charlotte apenas durmió, analizo sus sentimientos a fondo y si, tal vez Willy le atraía ¿Pero podría decir que le gustaba? Tal vez si, pero aún siendo una adulta le ponían nerviosa ese tipo de situaciones.
Despertó temprano para luego bajar a la cocina, sabía que sus amigos no estaban, pero tenía que aparentar que bajaba avena para que Fregoso no sospechara
Así lo hizo por unos largos días, días en los que no veía a Noodle y los demás, solo los veía en la noche, como lo había prometido iba a enseñar a leer a Willy, así que en las noches ambos se quedaban hasta más tarde estudiando.
Para sorpresa de Charlotte el chocolatero comenzó a mostrar frutos de su enseñanza, obvio no faltaban los coqueteos de Willy cuando menos se lo esperaba, Charlotte amaba pasar tiempo con Wonka, lo consideraba un muchacho dulce, tierno y amable, pronto la idea de sentir algo por el no parecía tan lejana, eso hasta que un día Willy decidió preguntarle—Charlotte, yo se lo que siento por ti ¿Sabes que sientes por mi? —Willy detuvo la mano de Charlotte que estaba escribiendo sobre un papel
Ella se quedó pensando unos minutos en los que la mano de Willy seguía sobre la de ella
—Willy, no lo sé, perdón no se lo que siento —Charlotte bajo su rostro, esperando un regaño o tal vez un grito, claro eso no pasó, Willy levanto el rostro de Charlotte por las mejillas sosteniendolas a ambas
—Me confundes Charlotte —Ella frunció su ceño hacia arriba— Pero, en estos momentos mi corazón es tuyo, todo tuyo, pase lo que pase, espere años para venir a esta ciudad, puedo esperar aún más años por ti —Con su pulgares dió suaves caricias en el rostro de Charlotte
Ambos quedaron en esa posición mirandose, Charlotte miraba su ojos, la mirada de Willy pasaba de sus ojos a sus labios manteniéndose allí unos segundos
—¿Cuánto estás dispuesto a esperar por mi? —Las manos de Charlotte subieron a los hombros de Willy donde jugó un poco con su camisa aún sin despegar la mirada de los ojos color verde que poseía el muchacho
—Más de mil años, tal vez toda la eternidad
Charlotte no pudo resistirlo más, tal vez era lo que necesitaba para saber lo que sentía.
Atrajo a Willy hacia ella por el cuello y presionó sus labios con los de el en un beso torpe.
Willy no tardo en corresponder, ese beso era lo que el más anhelaba pero no conseguía valentía para tomarloSus labios eran suaves al tacto del otro, encajaban como si de un rompecabezas se tratara, un beso dulce más no intenso, un beso con deseo más no lujuria.
Un beso en el que ambos trataban de confirmar que lo que sentía era fuerte y así era, como un lazo que unia sus meñiques, algo les decía que eso estaba destinado a serTuvieron que separarse no por elección, más bien por aire, juntando así sus frentes mostrando que aquella sensación suave aún permanecía en sus labios y en su mente
—Tal vez no debas esperar mucho —Charlotte sonrió con sus ojos cerrados, Willy soltó una suave risa
—Me alegra eso —El bajo una de sus manos para tomar la de la contraria entrelazandolas
—Siempre creí que acabaría sola —Charlotte acepto la mano de Willy apretándola también
—Yo nunca te dejare sola Charlotte
—Gracias —Charlotte se acercó nuevamente dejando otro suave beso en los labios del más alto— Debes dormir y yo igual, distraer a Fregoso no es lo más lindo
—¿Iras cuando se abra la tienda? —Willy le había contado con mucho entusiasmo la tienda que sus amigos le habían dado como sorpresa y que pronto abriría
—Buscare la forma de escapar
Charlotte soltó la mano de Willy acercandose a la puerta
—Descansa Willy —Le dedicó una última sonrisa antes de salir por la puerta y cerrarla
—Tu igual Charlotte —Susurro cuando la muchacha ya se había alejado
Una sonrisa de alegría se plasmó en el rostro de Willy y dando pequeños brincos entusiasmados se acostó en su cama, la emoción no le dejaba dormir, pensar en el rostro ligeramente rojo de Charlotte era como una sobredosis de azúcar para el, logro dormir recordando cada facción de la muchacha que había estado en su habitación hace unos minutos
La situación de Charlotte no era tan diferente, solo que ella tomaba su almohada aplastandola en su rostro para dar gritos de emoción mientras se revolvía en su cama pataleando con entusiasmo, debes en cuando soltaba leves risas y tocaba sus labios tratando de no olvidar la sensación que había dejado Willy, fue su primer beso y fue increíble para ella
—Charlotte, ya duérmete o ve a dormir con Willy —Noodle le regaño adormilada, las risas, gritos y movimientos que se oían no le dejaban dormir
—¿Dormir con el? —El comentario de Noodle solo hizo que Charlotte riera más y pataleara nerviosamente
Noodle soltó un gruñido colocando la almohada en su oreja para no escuchar a su compañera de cuarto
Parte de Tiktok mejoradaa (Al menos eso piensa la escritora)
Palabras: 1068
ESTÁS LEYENDO
𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖𝚜 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚌𝚑𝚘𝚌𝚘𝚕𝚊𝚝𝚎 →Willy Wonka←
FanficSu vida no era tan dulce y sus días sin sabor. Pero un día un muchacho llegó a darle un toque de dulzura a sus tardes, ella era tan terca y tan amarga, el era tan confiado y tan dulce No puede existir lo dulce sin lo amargo, ambos sabores se complem...