𝓔𝓵𝔂𝓼𝓪;....ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ

𝒦𝒶𝓅𝒾𝓉ℯ𝓁 "𝒮ℯ𝒸𝒽𝓏ℯ𝒽𝓃"

Elysa

El hombre se encontraba escondido en aquellos arbustos fuera de la casa, alerta para no ser visto ni escuchado.

— ¿Donde se encuentran?.

— Sabes que no puedo darte tanta información, todo a su tiempo.

— Me urge asesinar a Kaulitz, lo que menos tengo es tiempo. Por algo te estoy pagando por la información.

— Tengo que actuar más discreto, Tom está muy alerta y está perdiendo la confianza de muchos de nosotros.

— Haz lo que tengas que hacer, necesito ya a la chica y matarlo.

— Está bien Abraham, te mantendré al tanto.

Corto la llamada y limpio las gotas de sudor que caían por su frente. Mentiría si dijera que no estaba asustado, enfrentarse con el Mal y traicionarlo es algo que nadie sería capaz de hacer.

Sabiendo perfectamente la fama de aquel sujeto, las cosas terribles que ha echo ya que él con sus propios ojos ha presenciado.

Aunque su "fama" de un tiempo para acá a bajado bastante así como su temperamento. Parece ser que aquella chica de lindos ojos a sido la culpable de eso. Haciendo lo imposible para muchos que es cambiar a él Mal.

[...]

Los cuatro se encontraban en la sala hablando sobre diferentes temas; Elysa riendo a carcajadas a causa de las terribles bromas que decían Bill y Eliot, mientras que Tom reía y disfrutaba del ambiente.

Tom se sentía pleno, feliz, solamente faltaba su pequeño sobrino corriendo de un lado para el otro para que la escena fuera perfecta. Gracias al ángel es que el se sentía así, a su hermoso y bello ángel.

No supo en qué momento llego a enamorarse tanto de ella, ni en qué momento la necesito. Es como su antídoto perfecto; que con una sola dosis hizo que el hombre más infeliz, frío, patan y solitario cambiara a la persona más tierna y cariñosa <solamente con ella claro está>. Ella hizo lo imposible para muchos, incluso para el revivió un corazón y lo pinto de un bello color rojo. El acostumbrado a vivir en tonos tristes y los cambio a vivos llenos de color.

Elysa por su parte jamás imaginó sentir lo que experimentaba mucho menos por la persona que es, pero ella veía en el lo que otros no y de ello se enamoró; sus ojos obscuros y fríos, su actitud tan espantosa.

Elysa.

Eliot se levantó y se acercó a Tom susurrándole algo en el oído. Este sonrió de oreja y asisto.

— Ahora voy, adelántate. — le respondió, Eliot se despidió con la mano y salió del salón.

Tom se levantó del lugar y note como Bill le dio una mala mirada como si supiera que estaba sucediendo.
Se inclinó y me deposito un beso en la frente.

— Más tarde regresó, no me esperes despierta.— acomodó su sudadera y peino bien su cabello amarrándolo en una media coleta.— ¿Iras?.— le pregunto a Bill.

— Sabes que no.— contesto seriamente Bill con cara de desagrado. — Tom...no..

Rápido Tom lo interrumpió.— Te lo pierdes.— y salio a grandes pasos de la casa. Escuche como prendió el motor de su vehículo.