3. Entrelazados.

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La vida puede tener una serie de sorpresas que muchas veces no logramos comprender, y a medida que estas se convierten en un patrón, puede resultar incluso más complicado descifrar su significado.

Farfa, aunque antes hubiera sido testigo de hechos desconcertante y algunas coincidencias sin igual, en aquel preciso instante no acertaba encontrar una respuesta clara a sus dudas.

Siendo acompañado por la cálida luz de la mañana había recorrido la ciudad entregando paquetes y cartas con la destreza de quien conoce las calles como el trazo de su propia mano. Presionó timbres, cruzó miradas fugaces, entregó papeles a firmar y ni por un segundo se desvió de su rutina diaria.

Pero, sin saber cómo, nuevamente acabó parado frente al hombre del que, ahora entiende, no logra escapar.

— Buenas tardes.— saludó mientras le extendía el papel a Rich— Parece que siempre nos vemos, ¿no?

Rich sonreía, tan sorprendido como Farfa.

— Buah, es que es una cosa... — negó riendo mientras firmaba.— ¿Día ocupado? — le devolvió el papel, recibiendo la entrega en su lugar.

— Bastante pesado, sí.

Rich analizó a Farfa por un segundo. No le fue dificil notar lo cansado que se veía.

— Está haciendo mucho calor, ¿no quieres subir a beber algo? Puedo ofrecerte un vaso de agua, algún refresco si prefieres. — antes de que Farfa respondiera, Rich se adelantó. — Además, sigo debiéndote un favor, por lo de la otra vez.

Farfa se detuvo a pensar. Tenía muchos pedidos pendientes aún, la tarde estaba llegando y ya había tenido suficientes reclamos durante la semana a causa del retraso en algunas entregas.

Pero, ¿qué más daba? Era cierto que estaba agotado, y una pausa sería lo más sano que podría elegir.

— Bueno, dale, te agradecería.

[...]

Farfa, con un vaso de agua entre sus manos, continuaba contándole a Rich las situaciones más desafortunadas por las que pasó trabajando en la empresa, mientras recibía de él una mirada atenta e interesada.

— Una vez fui a entregar a una casa que quedaba en la loma del orto y ya estaba re cansado, cuestión que me bajo, toco timbre y espero viste. Enseguida sale una señora y camina hasta el portón y en eso se lleva puesta una maceta y se revienta en frente mío.— interrumpió sus palabras riendo.— yo te juro no fue de malo, pero ya venía cansado y vi eso y me tenté, encima me tenté mal. Unos días después la señora llamó y se quejó, pero como ella no sabía mi nombre y somos muchos entregando nunca supieron que fui yo.

— Eso es de mala gente. — pronunció Rich tras una sonora carcajada que tampoco pudo contener.

— Qué se yo, la hubieras visto como se cayó. Después otra vuelta, haciendo otra entrega, me abrió la puerta un tipo y se le escapó el perro. Un perro inmenso era, tuvimos que perseguirlo por una cuadra y media porque era rapidísimo el hijo de puta, y entre los dos lo volvimos a meter a la casa. Encima el dueño corriendo con pijama y pantuflas. Vos vas a hacer entregas y terminás viendo cada boludez.

Rich soltó una risa. Se había sumergido en los relatos de Farfa de una manera en la que ni él esperaba. Ahora comprendía que su rutina estaba saturada de un humor que lo cubría todo, le resultaba tan opuesto a lo que había antes conocido y descubierto en otras personas que le era imposible no sentirse atraído a buscar más detalles, más que guardar para sí mismo.

La charla fluyó entre anécdotas, risas y experiencias compartidas. Se dieron cuenta de que, a pesar de las raras circunstancias en las que se veían, encontraban puntos en común que les unían más de lo que podrían haber imaginado.

— Sabes, Farfa, no pensé que fueramos a llevarnos tan bien. — Rich rió, sinceramente impresionado.

— Yo tampoco. Cuando te disculpaste en el café y pasó todo eso... — se detuvo, pensativo.— No sé, no te tenía así para nada.

Rich quiso retomar la conversación, pero fue interrumpido por un suspiro de sorpresa de Farfa, quien se dio cuenta de que había pasado más tiempo del que debía en su departamento.

Por ese motivo después su encargado lo tenía a los gritos en el trabajo, y a pesar de ello Farfa siempre encontraba una manera para olvidarse de las consecuencias.

— Che, Rich, de verdad que fue un gusto, pero tengo que seguir entregando. Gracias por el agua y la buena onda. — dijo, recogiendo sus cosas con rapidez.

Rich asintió, entendiendo la realidad de las responsabilidades.

— Lo mismo digo, Farfa. Ha sido un placer. No te preocupes, no te retengo más.

Rich acompañó a Farfa hasta la planta baja, donde con un gesto cortés le sostuvo la puerta. Decidieron intercambiar números, y sellaron así el inicio de una conexión que parecía destinada a perdurar. Con una sonrisa amable Farfa se despidió.

Mientras se alejaba no pudo evitar sumirse en un profundo sentimiento de reflexión. A veces, las personas más inoportunas podían convertirse en la compañía más inesperada. Porque claro, Farfa jamás creyó que el tipo que lo chocó en el puente y que más tarde derramó su café, sería el mismo con el que acabaría compartiendo un agradable momento a solas.

Menos habría adivinado que, a causa suya, pasaría el resto de la tarde entregando el correo apresurado como nunca antes lo hubiera hecho, llevando su eficiencia al máximo, pues el tiempo se había escurrido.

Quizá, en medio de la agitación, terminó insultando su despiste ya que ahora andaba en un apuro. Pero reconocía que no modificaría sus acciones incluso si pudiera. Rich tenía algunas cuantas ocurrencias que le resultaron graciosas, y podía ver en él algo que era suyo, como la misma chispa de intrepidez, de diversión desmedida que aún no relucía por completo.

De alguna manera Rich reflejaba a Farfa dentro de sí, y ambos lograban encontrarse justo a tiempo, sin saber explicarse cómo, ni por qué.

...

Hola chicos muchachos gurisada espero que estén bien y cuidándose les mando muchos besos abrazos mis mejores deseos, sean felices. seguiremos actualizando por acá 👋 🫂

y si ven algún error me avisan por favor, ando tocando todas las letras mal

ahora si chau muak

Puente a las Estrellas.| FarfaRich. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon