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|37|Dos de diciembre

Luk

Carlos se fue el dos de diciembre.

El día en que cumplí quince años.

Sus padres se habían separado finalmente luego de muchas discusiones y contiendas, y él debía irse con su madre a otra ciudad que quedaba al menos a unas catorce horas de distancia.

Vino a despedirse de mí con un cartel que ponía "Adiós, maldita loca" con letras moradas y muchos brillos rosas.

Odiaba esos colores y él lo sabía, pero sonreí como hace muchos días no lo hacía.

No quería llorar, pero lo hice en silencio horas más tarde en la oscuridad de mi habitación.

Me abrazó y me dijo que íbamos a seguir siendo amigos sin importar la distancia, a lo que no respondí nada porque tenía un nudo en la garganta que quería ignorar.

A los meses perdimos la comunicación y ninguno intentó buscar al otro.

Pero me gustaba.

Y nunca tuve el valor para decírselo.

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Cuando el mundo caigaWhere stories live. Discover now