—Definitivamente ese mensaje no llegara.
Decía un chico con polera color crema, mientras miraba a un chico sentado en una silla frente a una computadora.
—No hay internet —Dijo la misma persona.
—No puede ser, así nunca podré enviarle mi trabajo al profesor —Agarrandose con las dos manos la cabeza—¿No hay otra manera, Etahn?
Etahn, mirando la pantalla de la computadora viendo que decía: "sin conexión a internet". Solamente diría:
—Podrias ir a un café internet y enviarlo desde allí, solo inicias sesión y ya.
—No me acuerdo mi contraseña.
—¿Porque no lo cambiaste? —Pregunto Etahn.
—Crei que no era necesario, jamás pensé que nuestro correo institucional fuese a usarse de nuevo —Respondio.
__¿No hay otra manera? —Pregunto la misma persona.
—No. No la hay.
—¡No!
Golpeando su cabeza con el teclado por la frustración que sentía, enviar ese mensaje era muy importante para el, y su calificaciones.
—¿Y si se lo presentas mañana? —Pregunto Etahn tratando de darle una solución a su amigo.
Levantando lentamente la cabeza para mirar a su costado dónde estaba Etahn, con una cara de cansancio y frustración, le contestaría:
—¿Ese es tu solución? —Pregunto—Antes de que le diga siquiera mis razones del porque no le envié mi trabajo hoy, me dirá irresponsable enfrente de todos.
—Te apoyaré, no por nada soy tu amigo, Alex —Decia señalándose con el dedo pulgar derecho.
—¿Crees que eso ayude? —Dudoso pregunto Alex—Digo... Tampoco es que estés en buenos términos con el profesor.
—¡Ay cállate! Si estoy en buenos términos con el profesor de historia, solo que no le había presentado un trabajo a tiempo, nada más.
—Bueno, de todos modos prefiero hablarle yo solo.
—Que mal agradecido eres, yo intento ayudarte y no quieres —Dijo Etahn fingiendo decepción y tristeza.
—Aun así, todavía no olvide que me ibas a invitar algo en la cafetería Trisbor —Añadio.
—Solo si me ayudabas a resolver este problema.
—Ya te di la solución, ahora quiero mi paga.
—Esta bien, de todos modos lo iba a hacer.
Etahn solo se echaría a reír un poco mientras que Alex solo se limitaba a sonreír mientras que cerraba los programas abiertos en su computadora y por último apagarla.
Ya era el momento de descanso.
[...]
Los edificios de gran cantidad de pisos que podían verse tocar el cielo, sus paredes de cristal reflejaban las calles, dónde se podía ver gran cantidad de vehículos transitando, al igual que los ciudadanos que viven en esa cuidad
