Controlled [+18] Tom Riddle y Mattheo Riddle

Veinte

—Señorita— escuché una voz desconocida mientras leía un libro y la curiosidad me obligó a voltear encontrándome con un elfo —Vine a tomarle las medidas para su vestido— dijo entrando a mi habitación.

Yo dejé el libro en la mesa que tenía enfrente y le sonreí.

—Si, gracias— contesté y el elfo se sorprendió ante mi agradecimiento.

Supongo que aquí no siempre los tratan muy bien...

—Solo Tom y Mattheo me dicen gracias señorita y ahora ustedes, muchas gracias— soltó de la nada a lo que yo le sonreí y me paré.

—No, no, gracias a ti...

El elfo se subió a una silla y estiró mi brazo comenzando con las medias, yo dejé que él me moviera hasta que vi entrar alguien a la habitación.

—Veo que conociste a Pit— mencionó Mattheo mirando como tomaba las medidas y yo asentí.

—Esto es todo señorita, después le traeremos sus opciones— el elfo saltó al piso y saludó a Mattheo con la mano.

—Hola Pit— él lo saludó.

—Gracias— agradecí a Pit y él salió de la habitación dejándome sola con el.

—Ese elfo me vio crecer— soltó brincando a mi cama y acostándose, yo tome el libro que estaba leyendo y me senté en la orilla de la cama.

—Es agradable— dije mirándolo a lo que él frunció el ceño.

—Me olvide que seguía enojado contigo— hablo y se acercó a mí sentándose a mi lado a lo que yo dejé mi libro en la cama.

—¿Cuántas veces debo pedir perdón?— pregunté mientras ninguno de los dos despejaba la mirada del otro.

—Con un perdón no remedías nada— contestó con simpleza y yo me relamí mis labios negando con la cabeza, estaba apunto de contestar pero el beso mi mejilla dejando atónita, se despejó del corto beso que me dio y me miró fijamente para después hablar —Y lo que más odio es que no te puedo odiar Victoria.

—Mattheo...— no me dejo terminar de hablar.

—Solo guarda silencio por un momento loquita— pido tomando mi mejilla y erizando mi piel por completo.

Odiaba el sentimiento que él y su hermano provocaban en mi, el sentimiento que jamás nadie me había hecho sentir hasta que me crucé con ellos.

Y cuando mis pensamientos me invadían sentí los labios de Mattheo uniese con los míos.

En un beso diferente a los que solíamos tener, fue un beso corto pero que me hizo erizar mi piel.

Se levantó de la cama, me miró por última vez y salió de la habitación sin decir si quiera una sola palabra.

Deje caer mi espalda en la cama y suspire con lo que había pasado.

Estoy consiente que al final de la historia tendré que darme con uno y si sigo cagandola como lo hacía me quedaré sin ninguno, pero es tan difícil elegir, son tan iguales y tan diferentes... pero me aterra el hecho de que si elijo a uno pierdo al otro.

Me levante de la cama y salí de mi habitación en busca de Draco, necesitaba una pelea que terminaría en risas y solo con él y Blaise las consigo.

Camine por los pasillos de la mansión en busca de la habitación de Draco pero unos voces en la sala me hicieron detenerme.

Me escondí como pude y escuché lo que decían...

—Ella no está preparada para saberlo— mencionó alguien de espaldas y que no pude ver su rostro, era una mujer.