2. Capítulo 1.

431 74 683
                                    

Hi~ Primero que nada, muchas gracias por el apoyo que le dieron a esta pequeña idea, realmente me quedo corta para expresar lo bonito que es tenerlos por estos lares y siempre tan receptivos a las tonterías que saco. Segundo lugar, el feedback que me dieron me dio la cuerda suficiente para encaminar de verdad esta trama, así que vamos con el primer capítulo hoy viendo qué tal, si tenemos exito probablemente le pongamos un día fijo para actualizar y así.

Pero por mientras, espero que les guste.

Ash agarra a Eiji del brazo y lo mete a su pieza, no le da chance de gritar, le cubre la boca con una de sus manos mientras le saca provecho a la brecha corporal acorralándolo contra el muro, le entremete las piernas para inmovilizarlo, Eiji trepi...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Ash agarra a Eiji del brazo y lo mete a su pieza, no le da chance de gritar, le cubre la boca con una de sus manos mientras le saca provecho a la brecha corporal acorralándolo contra el muro, le entremete las piernas para inmovilizarlo, Eiji trepida a causa de la sorpresa e intenta protestar pero lo único que se escucha es un jadeo contenido bajo su palma, su aliento se siente húmedo y la sensación le resulta ensordecedora, por alguna razón tener a Eiji atrapado entre la pared y su pecho genera un cosquilleo delicioso en su vientre, debe ser la sensación de poder, se dice a sí mismo.

Sí.

No tiene nada que ver con la manera tan desafiante que Eiji tiene para mirarlo haciéndolo sentir que es lo único importante en su mundo ni con lo exquisito que se sienten sus cuerpos estrujados con el otro, ni tampoco tiene que ver por cómo sus dedos se deslizan entre esos carnosos labios, apretando su boca, abriéndola, inquiriendo si será suficiente humillación para su enemigo, ya deberías liberarlo.

—¿No vas a gritar cuando te suelte? —Eiji niega con sumisión, más sus ojos arden con una terquedad que sería divertida romper—. Bien, entonces te soltaré.

Ash le quita la mano de la boca, expectante.

Eiji lo ve con esos grandes ojitos de conejo degollado cuando...

—¡Ibe-san! ¡Max! —Bastardo mentiroso.

—¡Oye!

—¡Ibe-san! ¡Auxilio!

—¡Tú! —Ash lo encierra un poco más, no vuelve a taparle la boca, sin embargo, utiliza sus dos brazos para acorralarlo como si se tratara de una presa—. Dijiste que no gritarías, pequeña mierda traidora.

—Tengo derecho de pedir auxilio si lo primero que sucede luego de mudarme es que me secuestran.

—No te estoy secuestrando.

—¿Y qué es esto?

—Es una charla amistosa. —Okumura alza una ceja, ofendido—. Además ¿quién en su sano juicio te querría secuestrar? Qué asco.

—Hey. —Eiji lo mata con la mirada—. Tú eres el que me arrastró a su cuarto sin razón aparente, ¿qué quieres? Tengo muchas cosas que desempacar.

Ash no alcanza a articular una respuesta cuando se percata de lo que está vistiendo Okumura, ¿acaso es una táctica para distraerlo? Porque nadie en su sano juicio vestiría tantas capas de ropa en verano, además, los pantalones caqui bien podrían haber salido del clóset de Max o de algún otro anciano y el estampado de su suéter ¿qué es eso? No aprecia si está viendo una caricatura infantil o un símbolo satánico, la camisa tampoco juega a su favor, no se viste como alguien de su edad, es decir, su calzado son mocasines, no sabe si parece sacado de una iglesia, de un asilo o de un jardín de críos, es extraño.

Don't go insane.Where stories live. Discover now