CAPITULO 14

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Jungwon estaba en la cama retorciéndose cual gusano por los traviesos dedos del azabache.

—¡J-Jaynie! ¡ten pie-piedad! —Jungwon suplicaba entre carcajadas al menor encima suyo. Jay al ver las pequeñas lágrimas en las esquinas de los ojos del mayor paró con su tortuoso y divertido juego.

—Ah Jungwonnie hyung no le gustan las cosquillas—sus manos que anteriormente estaban sobre el cuerpo del pelirosa ahora se encontraban encima del colchón a cada lado de la cabeza de Jungwon mientras su nariz daba ligeras caricias a la mejilla de este.

—Sabes bien que las detesto—contestó de manera divertida con los ojos cerrados disfrutando de las caricias.

Las manos del mayor fueron a las mejillas de Jay haciendo que pare de darle mimos y levante su cabeza logrando que ambos se miraran a los ojos.

—Se que lo sabes pero—se apoyó de sus codos para acortar un poco la distancia entre sus cuerpos y no dejar caer todo su peso encima del mayor—eres precioso, Jungwonnie—pegó su frente con la del chico abajo suyo.

El mayor simplemente le regaló una risita nerviosa mientras disfrutaba de la cercanía aún con los ojos cerrados, ambos estaban en su burbuja, una burbuja donde solo existían ellos dos y nadie más.

De un momento a otro sus labios fueron acercándose lentamente.9

—Lo digo en serio, eres simplemente precioso.

—Jay

—Tan precioso que algunas veces me pregunto si eres real—sus labios apenas se rozaron.

–Jay~

—Jungwon, te am-.

—¡¡Park Jay!!

Y en ese momento, Jay despertó de su sueño lleno de azúcar.

Se sentó en el mueble a una gran velocidad haciendo que la cabeza de Jungwon y la suya se den un fuerte golpe como resultado del semejante grito que pegó su querido amigo pelirosa.

—Auch—se quejó Jungwon poniendo una mano en la parte golpeada de su cabeza y la otra sujetaba uno de los hombros del universitario para no perder el equilibrio.

—Si, auch—imitó la acción del mayor poniendo su mano en su cabeza y no sabía en qué momento había pasado la otra mano en la cintura de Jungwon.

Tampoco sabía el por qué Jungwon estaba encima suyo.

Ni el como logró llegar hasta donde él estaba durmiendo.

—Emmy—habló aún con su mano en su cabeza—¿cómo llegaste aquí? ¿por...por qué estás encima mío? ¿necesitas algo?

—Espera, una pregunta a la vez—Jungwon sonrió sobándose la zona golpeada—el estómago empezó a dolerme, creo que tenía hambre y me dijiste que cuando tenga más hambre que sueño te llamara y lo hice pero no respondiste y me asusté, creí... —su sonrisa decayó logrando que Jay se sienta la peor persona del mundo—creí que me abandonaste, pero por dentro sentía que no era así y me dispuse a buscarte pero aún no sé caminar así que comencé a gatear por el departamento hasta que te encontré—las comisuras de los labios del mayor se elevaron formando nuevamente una sonrisa.

—Y...¿cómo lograste subirte aquí?

—Tú me subiste.

—¿Yo?

—Sipi.

Jay analizaba lentamente las palabras del mayor, estaba decepcionado con él mismo, Jungwon había pasado toda la noche sin nada en el estómago, seguramente ahora se estaba muriendo de hambre. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando el rugido en el vientre del mayor interrumpió sus pensamientos.

𝑀𝐸𝑅𝑀𝒜𝒩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora