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Hace más de un par de días que el insomnio acechaba en la mente del joven de cabelloa oscuros, los sueños que se reflejaban en su mente dejaron de ser poco significativos o interesantes que dejen expandir más su imaginación, a hacer totalmente horrorosos y, escalofriantes.
Vivir la misma historia una y otra vez sin poder encontrar un camino seguro para volver era agobiante, sentir estar más cerca de poder salir de ese sueño a volver a caer y repetir una y otra vez.
Nunca pensó que en sus veintidós años de larga (y frustrante) vida le llegase a pasar algo así, era como sí, todo lo malo que vivió durante toda su infancia volviera a repetirse como si se tratará de un deja vú
Volvió a cerrar los ojos tratando de conciliar el sueño por tercera vez consecutiva, trato de contar ovejas para poder reconciliar su sueño y volver a dormir.
Una oveja...
Dos ovejas...
Tres ovejas...
Cuatro ovejas...
Cinco ovejas...
Seis ovejas....
Siete ovejas...
Ocho ovejas...
Nueve....
-Estoy empezando a delirar- fué lo que él joven se dijo a si mismo mientras frotaba con sus manos sus ojos y suspirar con un pesar.
Hizó su cabeza aún lado para poder revisar la hora en su reloj digital y suspiro nuevamente al ver la hora.
4:50 de la madrugada, aún faltaba una hora y quince minutos para que sonara, fue un fastidio para él.
Volvió a girarse para mirar el techo de su habitación y encontrarse con un pálido y blanco techo que, poco a poco era invadido por telarañas en las esquinas, iba a limpiar eso después pero primero, necesitaba agonizar y llevar su esquizofrenia hasta su límite.
Si es que existía alguno.
Los minutos pasabansu reloj ya había sonado, se levantó a pesares de su cama y agarró la camisa y su pantalón para vestirse ; seguido de eso sus calcetines y zapatos.
