Capítulo 1

18 2 0
                                    

Evan

Desearía estar leyendo todo el día. Me voy a otro mundo, estoy en otra realidad, experimento la vida de alguien más con mis sentimientos. Es bastante increíble.

No quiero desaparecer y tampoco es porque mí vida sea mala. Tengo una buena vida, con buenos padres y buenos amigos. Entonces, ¿qué pasa? Bueno, hace bastante poco, llegué a la conclusión de que mi vida es genial, pero extremadamente complicada, y más, cuando tienes 17 años.

Tienes que tomar responsabilidades que no estás listo para enfrentar. Mi peor pesadilla: elegir que hacer cuando termine la escuela.

Leer hace que mí vida se vea menos complicada, a menos, por un rato.

Bajé las escaleras, poniendo en mi mochila "La sociedad de los poetas muertos" de Nancy H. Kleinbaum. Probablemente, he leído ese libro unas... cuarenta veces, no estoy exagerando, lo juro. Pero, es mí favorito, me hace poner en perspectiva las cosas, me hace sentir entendido. Lamentablemente, no es mío, es de la biblioteca de la escuela. La portada está algo rota y las páginas amarillas y dobladas, pero no me lo imagino de otra forma.

No lo he devuelto desde el último día de clases del curso pasado. Nadie lo ha notado, de todas formas, ni que haya mucha gente que vaya a la biblioteca, lamentablemente.

Dejé la mochila a un costado de la puerta y fui hasta la cocina, directo a agarrar mi cereal de la alacena y leche del regirgerador.

-Buenos días, cariño- habló mi mamá desde la mesa.

-Buenos días- dije agarrando un bowl para poner ambas cosas y una cuchara para mezclarlo todo. Me di vuelta para mirarla- ¿Papá?- pregunté, al no verlo en la mesa.

-Decidió tomar el desayuno en su oficina y repasar unas cosas para la presentación que tiene hoy- me respondió ella, tomando su café- Seguro saldrá enseguida.

No tengo idea que hace mi papá, de que trabaja. Sé que va a una empresa, tiene reuniones e intenta vender cosas. Estudió contabilidad en la universidad de Princeton, pero no estoy seguro de si eso es lo que está haciendo.

Por otro lado, mi mamá da clases de antropología en Standford, estudio sociología ahí mismo.

He leído a algunos autores que me ha recomendando. No entender nada y estar absolutamente disgustado al mismo tiempo, así los describiría.

Ambos son muy diferentes, pero se complementan bien. Honestamente, siento que esperan algo de mí, algo muy distinto cada uno y no voy a poder complacer a los dos. Como dije: complicado.

Somos muy unidos, demasiado. Peligrosamente, unidos, diría. En realidad, me refiero a que son un poco metiches, no tengo nada que sea solo mío, algo que nadie sepa. Me gustaría tener un poco más de independencia en ese sentido.

Escuché una vocina fuera de mi casa pocos minutos después, justo cuando me comí la última cucharada de cereal.

-Saluda a papá por mí- le dije a mamá- Nos vemos.

Fui hasta la puerta, agarré mi mochila y salí de casa, encontrándome con el auto más moderno que había visto en mi vida. No sé nada de autos, la verdad, no sé el modelo, pero estoy seguro que es un Toyota plateado.

Me subí en la parte de atrás, como siempre y cerré la puerta.

-Hola- saludé.

-Es una locura que estemos en último año, ¿no creen?- habló mi amigo de copiloto entusiasmado- Y aún somos vírgenes, fallamos como adolescentes- se quejó, como todos los años.

Billy, ha formado parte del grupo desde los últimos años de primaria cuando se cambió a nuestra escuela. Aún, yo no podía creer como alguien tan genial como él, podría estar con nosotros todo el día. Amaba divertirse, siempre andaba diciendo algo que nos hacía estallar de risa.

Tiene también una ligera obsesión con las chicas y con querer estar finalmente con alguien de esa manera. Ha sido... informativo ser su amigo, definitivamente.

-¡Si! No veo la hora de largarme de ese lugar asqueroso y repulsivo llamado secuandaria- aseguró ahora mi amigo al volante.

Fred, es la persona más inteligente que he conocido en mi vida. Le encanta aprender cosas nuevas todo el tiempo, y juro que su cerebro es un agujero negro de información, a veces no entiendo como hace para guardar tantos datos. Se ha sacado dieces toda su vida, es realmente brillante.

Ha sido mi mejor amigo desde siempre y somos bastante diferentes en algunas cosas. Tenemos, a veces, también distintas opiniones, pero me encanta poder discutir con él todo ese tipo de cosas.

Los tres somos muy diferentes, pero seguimos juntos aquí.

-¿Por qué sobrepinesan tanto?- pregunté cansado- Solo... disfrutemos este año, quizás nos sorprenda.

Cartas de amor a escritores 📖Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt