Capítulo 7

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Evan

Los tacos de la Señorita Evergreen, eran una especie de alarma, el comienzo de un trance que iba a durar dos horas. Solo la habíamos tenido una vez, y ya era suficiente, para entender su personalidad.

Había pasado ya la primer semana clases, y yo solo podía pensar en que libros nos daría, en las tareas, en las investigaciones. Cada año, me pasa lo mismo con literatura. Pero, supongo, que al siempre tener los mismos profesores, puedo no sorprenderme demasiado. Con la Señorita Evergreen, todo era nuevo, todo era un misterio.

Obviamente, por lo visto, no era el único. Todos, estábamos muy expectantes a ella. Sentía que tenía una sencillez y una forma particular para enseñar y apenas la conocía.

La mujer, hizo presencia en el aula con su bolso y otras dos bolsas medianas en color negro y naranja. Parecían bolsas de Halloween. Intercambié una mirada con mis amigos, sin entender.

No dijo nada, simplemente, dejó las bolsas en el escritorio y se paró delante de el.

-Que silencio...- soltó divertida, moviendo los ojos por el salón- El día de hoy, para no dejarlos con la intriga hasta que termine la clase, voy a dar la tarea que les prometí, ahora mismo- siguió- ¿Les parece?- sonrió. Ninguno contestó, pero creo que si hablo por todos, cuando digo que si estaba bastante ansioso- Muy bien- asintió- En estas bolsas, hay escritores, autores y dramaturgos de todo el mundo- señaló ambas en su escritorio- Lo que vamos a hacer, será lo siguiente: cada uno va a agarrar un papelito sin mirar y, a solo algunos, les pediré que agarren otro de la otra bolsa- empezó.

Hasta ahora, nadie estaba entendiendo ni una palabra, creo. Jamás, había percibido una clase tan silenciosa como esa.

-Lo que van a tener que hacer es muy simple y, en mi opinión, muy divertido- siguió sin parar de sonreír, orgullosa- Todos van a escribir una carta- soltó con seguridad y sentí que esa era su parte favorita, aunque, aún ninguno comprendía- Todos van a ser escritores, autores o dramaturgos, según lo que les toque- siguió- El que tenga dos papelitos, tendrá que escribirle una carta personificado a esa persona que le tocó primero a la que le tocó segundo- explicó- ¿Me siguen? ¿Se entiende?- pausó un segundo, frunciendo el seño, al seguramente, ver nuestras caras.

Sonreí, porque me entusiasmé en poder escribir algo, y que sea de una forma tan... especial.

-Para hacer esto, obviamente, tendrán que investigar al escritor que les toque ser y al que le tengan que mandar la carta- agregó- Su forma de escribir, que le gusta, que le disgusta, de que son sus libros o sus obras- ejemplificó- Tendrán que escribir proponiéndole algo a esa otra persona- fue ahora hasta el pizarrón y agarró una tiza- Puede ser: una colaboración entre obras- escribió mientas lo decía- Un favor- hizo lo mismo- Ayuda para hacer algo ilegal- anotó- O una carta de admiración.

Dejó la tiza al terminar, se sacudió las manos y volvió a estar delante del escritorio.

-Esta carta, me la van a dar a mí en un sobre cerrando, con el nombre del que la recibirá- aclaró- Obviamente, la idea es que esto sea anónimo. Así que, me enviaran una copia a mí por mail con su nombre real, así puedo corregirlo. Pero la carta impresa que van a mandar, debe estar firmada por el personaje que les haya tocado- siguió- ¿Hasta ahora entendieron todos? ¿Alguna duda?

Aunque alguno la tuviera, no sé si hubiera levantado la mano. Nunca nadie nos dió una tarea tan drástica ni tan interesante, para mi gusto. Esto era genial.

-Perfecto- sonrió- Ahora, a los que les toque un papelito, recibirán una carta que, claramente, tendrán que responder con las mismas reglas que ya les dije ¿Si?- continuó- ¡Excelente!- exclamó y agarró las bolsas- Empecemos a repartir, entonces.

Se acercó hasta la primera fila, empezando por la ventana y fue yendo para atrás y volviendo para adelante, haciendo que todos saquen uno, o dos papelitos en algunos casos, tal como había dicho. Mientras, todos le mostraban que les había tocado y ella lo anotaba en la lista. Ella obviamente, tenía que saber quien era quien.

Miré a mis amigos, impresionado por esta tarea. Estaban igual que yo, creo.

Estaba ansioso, emocionado ¿Qué escritor me tocará? ¿Tendré que escribirle alguien? ¿A quién? ¿Alguien me va a escribir a mí? ¡Dios, como voy a leer!

Llegó mi turno. La Señorita Evergreen, estaba parada junto a mi mesa con una de las bolsas.

-Solo toma uno- indicó y asentí.

Metí la mano. Aún quedaban bastantes papelitos por lo que percibía. Revolvi un poco y saqué finalmente un bollito pequeño y lo deshice para mostrárselo. Ella anoto y continúo hasta el asiento de adelante.

Di vuelta el papel, para verlo yo.

"Edgar Allan Poe".

Cartas de amor a escritores 📖Where stories live. Discover now