El nuevo mundo

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De pasar a ver un fondo totalmente negro, Alondra vió como una luz comenzaba a ocupar toda su vista. Ya no tenía algo negro frente a ella, sino algo celeste. Alondra levantó un poco su cabeza y pudo ver que ya no estaba en ese cilindro al que le había llevado el espejo. Estaba en lo que ella reconocía como su habitación, por lo cual, durante un segundo, supuso que todo era un sueño. Sin embargo, al ver su habitación, se dio cuenta de que algo raro ocurría.

La habitación Alondra la recordaba con un techo blanco, pero ahora era celeste, además de que tenía nubes pintadas en ella, como las que aparecen en Toy Story. A su vez, el cuarto tenía paredes rosas, distintas al crema de las paredes originales del cuarto. Por otra parte, Alondra no estaba en su cama, sino en ... una cuna de bebés, pero mucho más grande. Estaba debajo de sábanas muy suaves y de color rosado. Se destapó, sin creer lo que iba a ver. Traía un body de bebé, similar al que una vez compró para el babyshower de una amiga de su mamá. Este era amarillo, con bordes blancos. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue lo que traía debajo: UN PAÑAL BLANCO. Alondra lo tocó y notó lo que se sentía: ESTABA MOJADO.

¿Qué pasa aquí? - se preguntaba Alondra - ¿por qué estoy mojada? ¿qué sucedió con mi cuarto? ¿qué clase de sueño de mierda es este?

Comenzó a mirar por encima de las barras de la cuna y pudo ver que, donde estaba su escritorio con su computadora y cosas de estudio, había un baúl de juguetes, similar al que ella había tenido hasta sus 5 años. A su vez, donde estaba su ropero de ropa, había un ropero rosado con ropas que ella nunca había visto. Encima, había un gabinete lleno de pañales. Alondra miró hacia donde estaba el espejo, el cual exactamente estaba ahí, aunque ahora las letras en latím estaban de color rosado.

Alondra quería levantarse, pero entonces escuchó pisadas. Sin saber quién vendría, decidió taparse y hacer como que todavía dormía. Justo un segundo después de taparse, alguien abrió la puerta.

A despertar mi bebita - dijo una mujer a la cual Alondra reconoció inmediatamente como su mamá

Geraldine bajó las barras de la cuna y destapó a Alondra. Esta la vio y notó una total diferencia con lo que ella recordaba como su mamá. Esta en la realidad es de su tamaño y algo delgada, aunque sería, además de no tener pechos tan grandes y rectos. Ahora, la vió un poco más gruesa, además de que, a pesar de traer una especie de vestido, este no evitaba notar que ahora su mamá tenía dos enormes y rectos pezones, los cuales asustaron a Alondra, puesto que esta recordaba claramente que su mamá veía esas cosas como excentricidades que sólo mujeres de altas fortunas querrían como capricho.

Geraldine se acercó al pañal de su hija y metió su dedo en él, lo cual incomodó bastante a Alondra.

A cambiar tu pañalito - dijo Geraldine

Alondra quiso abrir su boca para interrogar a su mamá, pero antes de hacerlo, vió como su mamá la levantó sin ningún problema, lo cual la sorprendió muchísimo, dado que esta recordaba que su mamá no tenía mucha fuerza como para hacer eso.

Geraldine llevó a Alondra hacia el primer piso de la casa, el cual estaba totalmente cambiado. La sala tenía los muebles ahora de color rosado, había una especie de rejas pequeñas, dentro de las cuales habían juguetes. A su vez, donde estaba la mesa de la cómoda pegada junto a la pared, había lo que Alondra reconoció como un cambiador de pañales, similar a los que ella solía ver en los baños de mujeres de los restaurantes a los que iba.

Geraldine colocó a su hija en el cambiador. Alondra estaba anonadada al ver que su mamá, con total ternura, retiró los botones del body de su hija para entonces quitar las pegatinas del pañal de Alondra. Esta se asustó e incomodó muchísimo al ver como su mamá la limpiaba y le colocaba un nuevo pañal.

UN MUNDO ABDL A TRAVÉS DEL ESPEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora