En el eco del tiempo, te añoraba con fervor,
entre susurros del pasado, se gestaba el amor.
Vuelves ahora, como el sol tras la tormenta,
oportunidades raras, joyas que la vida inventa.
En el lienzo de tu rostro, trazos de cambio,
como hojas al viento, danzan en el rango.
A pesar de las metamorfosis impuestas,
tu esencia única, en el aire, se manifiesta.
En el diálogo con el espejo, confidente íntimo,
le imploro que no desvanezca tu destino.
Mantente así, peculiar y auténtico,
en la sinfonía del ser, un tono ecléctico.
La danza del tiempo te modela y esculpe,
pero tu singularidad no se diluye ni pulpe.
Eres un cuadro en constante creación,
poema que se escribe en cada estación.
Hablo al espejo, testigo de mis pasiones,
guardián de reflejos y de susurros emociones.
En la dualidad de los días y las raíces,
te ruego, espejo, que conserves tus matices.
Que la magia que hoy deslumbra tu ser,
sea faro guía en el oscuro renacer.
Persiste en la luz de tu propia verdad,
mi espejo, confidente de esta realidad.
