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Espero y sea de su agrado, agradezco también el apoyo que obtiene esto.

Caulquier error ortográfico mil disculpas, los arreglaré :]




El sol brillaba sobre los pétalos blancos y hojas de los rosales del jardín, el cantar de los pajarillos y las risas infantiles que resonaban y revoloteaban por el gran y blanco laberinto.

Los responsables de dichas risotadas se encontraban corriendo, bueno, al menos uno de ellos.

Mientras el otro se encontraba trepado en al espalda de su largirucho y pelirrojo amigo.

Reían como era propio de dos almas jóvenes e inocentes, sin preocupaciones o problemas.

Eran libres como el viento.

Se divertía, era evidente.

Aziraphale nunca se había divertido de tal manera, reía al borde de las lágrimas o hasta que sus mejillas dolieran de tanto sonreír, sentía un calor tan ameno pero reconfortante en su pecho, su corazón latía con fuerza y rebosaba de felicidad, estaba dichoso.

Aziraphale miro al que cargaba de él, Crowley reía junto con el, enseñando sus colmillos y una agradable y calida sonrisa.

Crowley giro un poco su cabeza para poder ver a Aziraphale, el cuál, con sus mejillas coloradas de tanto reír y esa sonrisa tan resplandeciente junto con un gran brillo de felicidad en sus ojos soltó una carcajada al hacer un movimiento que lo hizo saltar.

Su risa era tan melodiosa y escandalosa pero tímida y suave, sonrió, solo el le hacía sonreír, le contagiaba su sonrisa.

Sostuvo a Aziraphale fuertemente para salir más deprisa, impulsado corría por los matorrales con la risa escandalosa de Aziraphale de fondo.

Llegando a un pequeño huerto, el huerto estaba hecho de cristal y se podían ver perfectamente todo tipo de herbolaria, a Crowley le brillaron los ojos, como niño en dulcera, era un niño claro.

Su respiración era agitada y entrecortada, estaba agotado de tanto correr con Aziraphale sobre el.

Aziraphale al verlo en ese estado, se sintió un poco mal, se sentía mal por hacer que Crowley lo cargara son semejante peso ( según su cabeza claro) aunque Crowley le hubiera dicho que no era problema.

- Crowley, podrías bajarme? Creo que es suficiente puedo caminar, aparte me gustaría enseñarte el huerto! Creo que podría gustarte!_ dijo Aziraphale con entusiasmo, levantando su ánimo.

Crowley al verlo tan emocionado acepto, con cuidado lo bajo de su espalda, ayudándole aún así para que no se lastimara en el trayecto.

Ya en el suelo el más pequeño dio unos cuantos saltitos, quedando frente a la puerta quitó el seguro de está y la abrió.

Con una gran sonrisa se giró hacia Crowley, indicandole con la mirada que pasase.

Crowley con emoción disimulada entro al huerto, el aroma a tierra mojada y fresca le cautivó, para ser pequeño era quisquilloso cuando se trataba de herbolaria, espero a Aziraphale el cuál se tomaba su tiempo para "caminar".

Cosa que hizo reír un poco a Crowley.

- Mmm creo que sería mejor que esperara aquí, tu puedes pasear por ahí! Se que te gusta así que siéntete libre de hacer lo que gustes_ lo invito amablemente mientras tomaba asiento en una banca del huerto.

Crowley, un tanto dudoso, asintió y con toda la discreción del mundo camino con naturalidad, adentrándose a aquel huerto, que a decir verdad, era muy bonito.

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