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SCP-2845: El Dios Ciervo.

En el Sabato.

Los resplandores de cada ser humano y demoníaco en el Sabato se alzaron contra el cielo fracturado, desafiando aquella bóveda herida en una exuberancia de esplendor.

Lo siguiente que aconteció, en una atracción gravitatoria de apenas attosegundos, fue el crujido de los dientes y el encubrimiento de los ojos. Un sepulcral silencio dominó la dimensión del Sabato durante 30 segundos, más allá de los lamentos de los seres humanos y demoníacos, sumidos en completo estupor ante la inesperada tormenta blanca.

Gimiendo y llorando, abandonaron sus armas, quedaron petrificados ante esta fuerza de dimensiones masivas e insondables.

-Santo cielo... no... esto tiene que ser una malévola entelequia surgida de las pesadillas... tal organización no debería existir -murmuró una mujer, con los ojos como platos.

Esta conmoción colectiva no evitó que emitieran gemidos de terror y desesperación. Ante las aún inquietas miradas del publico, varios frescos cobraron vida en las paredes de la arena del Sabato:

Un Guerrero y un Dragón.

Una Corona de Espinas Negras.

Siete lanzas clavadas en siete tronos.

Y una colección de máscaras de comedia a los pies de un trono con una soga de ahorcamiento.

El mundo se oscureció y sus hilos sangrantes vertieron la sangre de los Dioses en la arena del inframundo.

-¿Creen que esta Fundación nos aceche a nosotros también? -inquirió una mujer, de forma temblorosa-. Parece tan irreal que puedan sostener o contener tantas cosas sin siquiera dar sospecha al ojo público.

-¡No seas insensata, mujer! Ellos nos han protegido durante demasiado tiempo... -masculló un hombre asiático a una mujer americana-. Hasta cualquiera de nosotros podria ponerse el uniforme y hacerse cargo de esas cosas.

-Y yo que creía que nuestra suerte no podía empeorar, nos toca observar a criaturas de cuentos de niños... -chasqueo la lengua una mujer budista.

En otro extremo de la arena los comentarios afloran como hierba de espinas.

-¿Por qué a la humanidad le pasan las peores cosas siempre? Quiero decir -sostuvo la palabra otra mujer frotándose sus manos con un visible templor-, ¿Y si todo lo que hemos temido y aborrecido... fuera real? -expresó con cierto pavor tallado en su rostro hasta que escucho la conversación de al lado.

-El funcionamiento de esta Fundación es sumamente meticuloso y perfeccionista... su capacidad para imponer el caos al orden y el orden al caos es innegablemente respetable -chirrió un científico del siglo XIX.

-¿Y no te preguntas los recursos que emplean para comprender los efectos de tales engendros? -inquirió otro científico con cierta inquietud pero con leve excitación-. Deben tener ratones de laboratorio muy buenos.

-No creo que sea tan execrable ¿verdad? Deben tener criaturas benévolas... -añadió otro hombre en una grada superior pero apenas audible- Aunque también me ha intrigado sus rivales.

-Si eso es verídico, entonces no serán los únicos de los que tendremos que preocuparnos, aunque no estoy segura de si estaremos preparados para ello... -sentenció una mujer con temeraria resolución, el temor latente en su espíritu se vio amenazado por la Fundación S.C.P.

-No importa qué tipo de bestias tengan bajo su dominio, el hecho de que tengan el poder de manipular el caos y el orden a su antojo es razón suficiente para inquietarnos. No debemos subestimar su habilidad para influir en el equilibrio del mundo -advirtió una mujer cristiana- Dios no nos desampara.