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Ya habían pasado dos semanas desde la primera salida que hicieron todos juntos. Todo este tiempo Martin había ido cogiendo confianza a los amigos de Juanjo y había terminado siendo uno más del grupo.

Juanjo y Martin habían perdido la timidez entre ellos y cada vez se tenían más confianza.

Ambos chicos se estaban preparando para salir como cada finde (o incluso entre semana) total, era verano y aún tenían tiempo de disfrutar al máximo.

–¡Martin, acabas o me largo!–

–¡Ya voy!– era la quinta vez que decía lo mismo y Juanjo se estaba empezando a hartar. Se encaminó hacia el baño y abrió la puerta sin preguntar. Se encontró a Martin secándose el pelo con una toalla.

–¿Me ayudas?– Juanjo asintió enchufando el secador y secándoselo rápidamente.

–Pásame la plancha– Martin abrió el cajón para sacarla y se la dió. Tras plancharle algunos mechones y peinárselo con los dedos le dejó el pelo perfecto. –Ya estás–

–Que rápido– dijo el chico mirándose conforme en el espejo.

–Que bonico– Martin sonrió y Juanjo apoyó la cabeza en su hombro mientras se miraban al espejo. –¿Nos hacemos una foto?– Martin sacó el móvil de su bolsillo y tras tomarse varias fotos y mandárselas salieron por fin del piso.

El coche de Bea los esperaba en el portal, solo faltaban ellos.

–Diez minutos tarde– recriminó Álvaro en el asiento de copiloto.

–Ha sido culpa de Martin– dijo cerrando la puerta del coche y poniéndose el cinturón.


*****

Estaba aburrido sentado en la barra. Bea no podía beber mucho porque luego era la que conducía y Ruslana y Álvaro estaban bailando entre la gente ¿Juanjo? Buena pregunta. Lo había perdido de vista hace diez minutos, igual debería preocuparse.

Se terminó su tercer cubata y avisó a Bea que iría a buscar a Juanjo. Caminó entre la gente intentado buscar a alguno de sus amigos, sin mucho éxito.

Después de llevarse algún que otro codazo y varios empujones, pudo distinguir la figura de Juanjo a lo lejos. Caminó hacia él y mediante se iba acercando su cara se volvía peor. Una chica rubia con vestido negro estaba bailándole a Juanjo demasiado cerca, pero lo peor fue cuando esta se le empezó a acercar más de lo normal a la cara con intenciones de besarle. Martin entró en pánico al ver como la rubia le agarraba por el cuello acortando la poca distancia que quedaba entre ellos.

No pudo apreciar la escena por mucho tiempo ya que un fuerte dolor en su pecho lo hizo volver a la barra en busca de Bea, quería irse a casa.

Caminó sin cuidado entre la multitud sintiendo alguna que otra lágrima caer por su mejilla. No le dió importancia a los diferentes insultos y murmullos que le proporcionaba la gente en respuesta a sus empujones para llegar cuanto antes a la barra.

Buscó a su amiga con la mirada pero no tuvo suerte. Dió un vistazo rápido alrededor en busca de cualquier otra persona que pudiera consolarle pero no había ni rastro de sus amigos.

Lleno de rabia, se sentó en un taburete y dejó caer la cabeza contra la mesa dejando salir todas las lágrimas que había intentando retener desde que presenció la escena.

Sintió una mano en su hombro y antes de girarse deseó con todas sus fuerzas que fuese alguno de sus amigos. Pero no lo era. Un chico algo más alto que él, rubio y con los ojos verdes se sentó a su lado con la mano aún en su hombro.

promesa - juantinKde žijí příběhy. Začni objevovat