☕︎𝑺𝒊𝒏𝒈𝒍𝒆 𝑫𝒂𝒅 ² | 𝗠𝗶𝗻𝗖𝗵𝗮𝗻

05 ☀︎︎

Cortos minutos pasaron hasta que el timbre de la casa sonó. Chan fue a abrir recibiendo a la preciosa chica de sonrisa de corazón.

— ¡Buenas tardes, señor Bang!— Saludó ella

— Buenas tardes. Pase, los niños la esperan— Él le sonrió mostrando sus hoyuelos

Ambos adultos entraron. Extrañamente, los dos mayores no corrieron a saludarla como era costumbre, Nayeon lo notó enseguida.

— ¡Hola, niños!, ¿cómo han estado?— Mostró su brillante sonrisa

— Hola, noona— Respondió Sunggie. ChangBin saludó con su manito

Innie sí fue hacia ella y saltó a sus brazos— ¡Noona, te extrañé mucho!— Chilló abrazándola del cuello

— ¡JeonGinnie~ yo también te extrañé!— Lo alzó— Bueno, ¿merendamos, pequeños?—

— En la mesa tienen galletas y yogurt, yo iré a mí habitación, si necesitan algo, llámenme— Dijo Chris y después de darles un beso a cada uno, dejó el living

Nayeon sentó a los tres pequeños en la mesa y comenzaron la sesión semanal de terapia.

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Mientras tanto, MinHo conducía hacía el restaurante del que Yena hablaba. Mentiría si dijera que simplemente estaba nervioso, estaba sudando y temblando, ¿por qué le tenía que ocurrir ésto a él ahora?, no era justo.

Llegando a la calle, paró en un semáforo y exhaló el aire que había estado reteniendo durante un tiempo; Él podía hacerlo, es difícil volver a verse con alguien después de tantos años, pero él podía hacerlo, era un adulto maduro y responsable. Lo hacía por el bien de su hijos, su hijastro y su prometido.

Rápidamente llegó al lugar. Buscó un lugar para estacionar y se bajó del vehículo. Sacudió sus manos, cerró los ojos un momento y con algo más de confianzas, entró al local. A ojos temblorosos buscó a la mujer y enseguida la encontró; Estaba... hermosa, igual de preciosa como cuando la conoció. Su sedoso cabello negro, aquellos ojos brillantes y estelares y su encantadora figura favorecida con un vestido tipo pegged.

El hombre se quedó petrificado por un momento que le pareció eterno; su ex-esposa lo miraba atenta, y al ver que no se movía, se hizo señas para que se acercara. Él tragó saliva e hizo caso; se sentó frente a ella y la vió a los ojos.

Ninguno de los dos parecía querer hablar, había un silencio muy alto y un ambiente incomodísimo; Habían pasado cuatro años desde la última vez que se habían visto, y nada había cambiado.

— ... H-Hola...— Atrevió a decir Min bajando la mirada a sus manos bajo la mesa— .. Ha pasado tiempo...—

— Sí.. ¿cómo haz estado?— Respondió ella; Su voz era igual de dulce y suave

— Bien...— Dijo sin más, no sabía qué más podía decir

Ella asintió apretando sus labios, y en ese momento, un camarero llegó ofreciéndoles alguna bebida. Ambos negaron y agradecieron la atención, volviendo a ese silencio incómodo.

— ... Haz conseguido otro trabajo... ¿Qué pasó con el anterior?— Preguntó Yena

Min tragó saliva— Mmh... E-Era demasiado para mí... M-Muchas horas de trabajo, no podía convivir con los niños y estaba agotado todo el día...—