ＯｎｅＳｈｏｔｓ || xɪᴀᴏᴀᴇᴛʜᴇʀ +𝟭𝟴

|| Voley ||

Xiao's pov.

Hola, mi nombre es Xiao. Estoy en segundo año de preparatoria y mi primer día comenzó con un chico derramando su bebida sobre mi remera favorita.

Al parecer era nuevo y de primer año, bastante torpe, mucho, de hecho. Todo le sale mal y cada vez que intenta arreglarlo termina tirando a alguien por las escaleras —lo hizo—.

Hasta donde sé es un chico con mucha energía y parte del equipo de voley de nuestra escuela. Yo estoy en el club de arte, y a veces me siento en las gradas al fondo de todo para verlos entrenar mientras dibujo algo en mi cuaderno o hago mi tarea.

Ese chico es bastante entretenido, es demasiado torpe como para no prestarle atención. Incluso en algunas ocasiones llegó a darme risa sus torpezas, hasta juraría que lo hacían ver tierno.

El entrenamiento acabó y todo el equipo se disolvió, exepto por él que se quedó a juntar las pelotas de voley tiradas por el suelo —orden de su capitán—.

Me dio algo de lastima así que dejé mis cosas en el asiento a mi lado y caminé hasta la cancha donde él resbaló y si no fuera por mí, hubiera caído de espalda y con un posible golpe doloroso en la cabeza.

Sus ojos avellana me miraron sorprendidos y sus manos se aferraron por inercia con firmeza a mis hombros, buscando no caer al suelo.

—¿Estás bien? —pregunté, y él pareció salir de su trance al escuchar mi voz.

—Ah... ¡Sí, lo siento! —se estabilizó poniéndose de pie para alejarse de mí y hacerme una reverencia como disculpa—. Lo siento, fui muy torpe.

—Está bien, no te inclines.

Él me hizo caso y se irguió. Su mirada seguía siendo de una de sorpresa al verme.

—¡Tú eras al que le tiré la malteada encima!

¿Tenía que recordarlo?

—¡Lo siento de nuevo por lo del otro día!

—Te dije que basta, ya está olvidado —fruncí el ceño molesto. Recordar eso me hizo estar de mal humor—, solo vine aquí porque me das lastima. Te ayudaré —levanté una pelota de voley que estaba al extremo de mi pie y lo miré.

—No tienes que hacerlo, deja que yo lo hago —intentó quitarme la pelota pero volvió a resbalar en el mismo lugar. Afortunadamente lo atrapé— ¡Lo siento de nuevo! —él se alejó de nuevo y miró el suelo, había agua derramada—. Voy a tener que limpiarlo —fue corriendo hasta el cuarto de limpieza.

Fue a buscar algo para limpiar el desastre y mientras volvía, tomé unos de los balones y los puse dentro de una canasta junto a los otros. Él regresó minutos después con un trapeador en la mano.

Limpió el desastre que seguro causó uno de sus compañeros y se hizo el boludo para no limpiarlo.

Entre los dos terminamos de dejar este lugar impecable para que en el próximo entrenamiento quede todo patas para arriba.

—Muchas gracias. De no ser por ti seguramente llegaría tarde a casa —suspiró aliviado—. Por cierto, todavía no me dices tu nombre —él me sonrió.

—Xiao.

—Yo soy Aether —extiende su mano para que la estreche. Dudé un poco, pero al final lo hice.

Ahora que lo pienso, no me había dado cuenta de lo lindo que era. Creo que no pude darme cuenta porque era tan torpe que solo estaba ocupado riéndome de eso.

—Nos vemos mañana, entonces —me saludó con la mano mientras recogía su mochila y salía corriendo de ahí.

Yo me quedé mirando por largos segundos el lugar por donde se había ido.