|| Varados ||

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Xiao's pov.

La luz del sol me estaba volviendo a la consciencia, y el sonido de las gaviotas a mi al rededor me hicieron reaccionar y levantarme de un golpe, asustando a esas aves que me creian muerto.

Miré por mis alrededores y solo veía mar, nada más que eso. Detrás mío estaban los árboles y palmeras de una isla que a primera vista se veía totalmente desolada.

Intenté ponerme de pie, y la arena se sentía pegada por todo mi cuerpo. Mi ropa tenía varios cortes y estaba hecha un desastre, y algunas partes de mi cuerpo quemaban por estar quién sabe cuánto tiempo bajo el sol.

Lo último que recuerdo fue aquel rayo que cayó en la cubierta destrozándolo todo; las olas del mar engullendo los trozos despedazados de mi nave y mi tripulación manteniéndose a flote a duras penas en el peligroso océano. Después todo se volvió negro, y cuando abrí los ojos estaba varado aquí, completamente solo. Solamente espero que los de mi tripulación hayan tenido la misma suerte que yo.

Por suerte, aún conservaba mi espada así que, la desenvainé y decidí adentrarme a la isla para explorar sus alrededores, usando el filo de la hoja para cortar los arbustos y ramas que se metían en mi camino.

Estaba cortando los arbustos que se me cruzaban hasta que me detuve en seco al escuchar como una rama se partía a la mitad, como si alguien la hubiese pisado.

Me puse en guardia detrás de un árbol apretando el mando de mi espada con fuerza. Tal vez se trataba de un animal salvaje.

Escuché nuevamente como esa cosa pisaba hojas secas y unas cuantas ramas, definitivamente algo se acercaba. Cuando lo sentí demasiado cerca, salí de detrás del árbol y lo apunté con mi espada.

Él se asustó y por el impacto terminó cayendo de culo al piso, dejando caer las frutas que tenía amontonadas en sus brazos.

Era un niño... desnudo.

De hecho, su aspecto era más como el de un adolescente, pero aún no logro comprender por qué merodea desnudo por estas zonas. Arqueé mi ceja confundido al ver como se arrastraba por el suelo recogiendo las frutas que se le habían caído.

Dejé de apuntarlo con mi espada cuando me di cuenta de que definitivamente no era una amenaza.

—¿Qué haces aquí? —pregunté, me quedé observándolo fijamente. Por más que sea un niño, aún así no puedo bajar la guardia.

Él no me hizo caso y siguió juntando sus frutas, parecía desorientado.

Él terminó con eso y se puso de pie quedando frente mío. Las frutas que juntó entre sus brazos se veían bastante bien.

—Te pregunté algo —fruncí el ceño. Él ladeó la cabeza a un lado; parecía no entenderme.

Me tomó por sorpresa cuando dejó caer nuevamente sus frutas al suelo y se acercó a mí, eso me sobresaltó e intenté alejarme.

—Oye, no te acerques —mi voz salió altanera, me estaba enojando.

Él no me hizo caso y tomó los dos costados de mi cabeza, eso me dejó bastante en shock. Mientras aún trataba de procesar sus acciones, él apegó su frente a la mía; confundiéndome más.

Él se alejó y me miró con esos grandes ojos de color avellana que me miraban con curiosidad. Cuando reaccioné, lo aparté y me alejé.

—¿Qué mierda haces?

Él no dijo nada; volvió a acercarse.

—Yo me llamo Aether —su brazo se extendió y pidió con su mano que quería estrecharla con la mía. Su comportamiento me desconcertaba.

OneShots || xɪᴀᴏᴀᴇᴛʜᴇʀ +𝟭𝟴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora