A los diecisiete || Chaelisa

Capítulo 30

Lisa caminó lentamente a través de la tienda vacía, tocando las estanterías vacías mientras caminaba. Casi habían terminado el interior...un par de semanas cuando mucho. Entonces ella y BamBam tendría su propio paseo oficial con el contratista, pero ella se encontraba aquí casi todas las noches, comprobando el trabajo.

El patio de comidas resultó ser exactamente como lo había previsto y los estantes inclinados a cada lado de la tienda, añadían una dimensión diferente a los pasillos de la tienda de comestibles estándar. Su mirada recorrió de un lado al otro; se sintió nuevamente abrumada por el espacio. Necesitarían una gran cantidad de inventario para llenarla. El pánico la inundó por un momento. Tal vez era demasiado grande ¿Qué pasaría si no tuviese buena aceptación? ¿Qué pasaría si nadie en Busan estuviese interesado en los alimentos naturales?

-Me encanta.

Lisa se volteó sorprendida por la voz. Rosé era la última persona que esperaba allí.

-Es grande.

-No, es demasiado grande- Lisa caminó dirigiéndose hacia la parte trasera donde estaban los refrigeradores. Sintió que Rosé la seguía. - ¿Cómo sabías que estaba aquí?- preguntó finalmente.

-Vi la camioneta al frente. Y probablemente deberías cerrar las puertas si estás aquí sola- dijo Rosé con una sonrisa.

-Sí. Nunca se sabe quién pudiese entrar de la calle- bromeó ella. Su sonrisa se desvaneció cuando sus ojos se encontraron.

-Acerca de la otra noche...- dijo ella -...debo pedir disculpas.

- ¿Y por qué exactamente vas a pedir disculpas?

Lisa miró hacia otro lado -No las invité aquí. Minnie y yo...no hay nada entre nosotras, Rosé.

-No tienes que darme explicaciones.

Lisa se encontró nuevamente con sus ojos - ¿No tengo que hacerlo?

Rosé fue la primera en apartar la mirada -Ella parecía...muy posesiva contigo- dijo ella -Dejó muy claro que eran más que amigas.

-Es solo eso. Realmente ni siquiera somos amigas- dijo ella-Jisoo le habló de ti, de nosotras, de nuestro pasado. Creo que más que nada su curiosidad se despertó.

-Y ella quería hacerme saber que ustedes dos también tenían un pasado- declaró Rosé.

Lisa se volvió hacia ella.

-A Minnie le gustan los juegos. A mí no

Rosé se acercó más, alcanzando con su mano la de Lisa, entrelazando sus dedos

-Bien. Porque soy demasiado vieja para los juegos.

Lisa tiró de ella acercándola más, sus ojos se sostuvieron - ¿Qué quieres de mí?-Rosé inclinó su cabeza.

-Creo que la pregunta es... ¿qué quieres tú de mí?

Lisa apretó los dedos de Rosé, tirando de ella aún más cerca -Quiero lo que siempre he querido. Pero que nunca pude tener- dijo ella bajando su cabeza y rozando la mejilla de Rosé con sus labios -Quiero todo de ti- susurró ella. Deslizó su mano hacia arriba por el cuerpo de Rosé, deteniéndose debajo de su pecho -No sólo tu cuerpo- dijo ella, permitiendo que su mano continuara su trayecto, viendo como los ojos de Rosé se oscurecían mientras pasaba su pulgar por su pezón -Tu cuerpo, tu alma...tu corazón.

-Siempre has tenido mi corazón, Lili- murmuró la morena mientras sus labios se movían hacia la boca de Lisa.

Lisa permitió que el beso se profundizara, su lengua trazó el labio inferior de Rosé antes de deslizarse hacia adentro, encontrando la lengua de Rosé en una batalla hambrienta. La presionó contra la puerta del refrigerador, empujando su muslo entre las piernas de Rosé separándolas. La rubia se aferró a ella, pequeños sonidos de placer provocaron gemidos recíprocos de Lisa.