Violentometro || Buster x Fang

╰►Mutilar

-Eso fue divertido~ ¿Quieres la segunda ronda, cariño?- Dijo el pelinaranja acariciando una de las mejillas del peliazul.

Los dos estaban sentados en la orilla de la cama.
Fang no quiera hablarte, no después de lo que le hizo.

-No estés enojado conmigo, cariño, después de todo de gusto.- Dijo sonriendole.

Fang solo pensó en algo, y es que era el momento perfecto para escapar.

-Ahora que me acuerdo, tengo que verme con alguien, así que ya debo irme. Es momento de atar... ¡MIERDA!

El peliazul habia golpeado la entre pierna del pelinaranja con su pie, proseguio a correr hasta la puerta de la habitación para salir, subió las escaleras del sotano para llegar a la sala principal. La puerta para salir de ese infierno estaba frente a su narices, corrió con todas fuerzas hacia la puerta.

Por fin todo iba a acabar y ser libre, llego a la puerta, agarro la manilla y cuando la iba a girar...

Alguien lo detuvo por atrás.

El pelinaranja lo habia alcanzado, con su mano tapo la boca del peliazul para que no gritara, comenzó a jalarlo para llevarlo al sotano.
Una vez en la puerta principal del sotano, tiro a Fang por las escaleras, haciendo que este se rompiera las piernas y diera un gran grito de dolor.

-No puedo creer que intentaras escapar de mi...

El peliazul solo estaba llorando por el gran dolor de sus piernas y por el golpe de las escaleras.

De repente se comenzó a escuchar golpes en la puerta.

*

Colette y Edgar, habian pasado por la casa de Buster y Fang pero se pusieron en alerta cuando escucharon un fuerte grito dentro de la casa de la "pareja"

-¡Buster! ¿Estas ahí?- Dijo Colette quien seguia tocando la puerta.

No habia respuesta.

-Otra vez ese grito raro...- Dijo Edgar quien también tocaba la puerta.- Esto no es para nada normal, no hemos visto a Fang por meses.

-Lo se, pero Buster, siempre dice que esta enfermo. La verdad ya nadie le cree.- Dijo la peliblanca.

*

-Te dije que si hacías algo que llamara la atención de los demas, te iba a descuartizar...

Buster comenzó a bajar las escaleras del sotano para estar cerca de Fang.
Saco la navaja que siempre tenia en uno de sus bolsillos.

-No no no no...- El peliazul asustado intentaba alejarse arrastrándose con sus manos, pero era difícil.

-Lo siento, Fang pero es momento de decir adiós.

Con la navaja comenzó a darle cortes profundos por diferentes partes del cuerpo de Fang, especialmente en los brazos para que dejara de moverse.