Diez: Mentiras vs Honestidad (Maratón 1/3)

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La buena vida

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La buena vida...

Eso describiría cierto hombre al estar recostado sobre un costoso sillón en matiz con el espacioso lugar altamente lujoso. Con un par de manos sobre sus hombros masajeando suavemente mientras que una copa de vino era llenada para ser tomada por el hombre.

A la costumbre de tener a su alrededor mujeres que están a la disposición de satisfacerlo sin necesidad de que esperen una paga era lo que las mantenía cautivas ante la belleza del hombre de orbes amatistas. Y por supuesto que Ran sabía lo que causaba en ellas, sobretodo esa misma noche que disfruto sentirse saciado de sus instintos por esas mujeres.

-¿Se le apetece algo más señor Ran?- pregunto cierta rubia cuyo nombre había olvidado por completo

-Si, trae mi ordenador- dijo vagamente

-Lo veo un poco desanimado- se acerca la mujer pelinegra a su oído parando los masajes -¿No le gusto lo de anoche? Porque si as así...puedo hacer que ese humor cambie ahora. Los dos solos~

Ran hace una mueca pensativa. No por la propuesta de la mujer, sus pensamientos derivaban a un completo río de dudas empezando por los asuntos pendientes que disfrazo como un descanso fuera de Japón. De inmediato reviso su teléfono, si de algo estaba seguro en su trabajo es que nunca se puede perder el rastro de con quienes trabajas. No importa si es tu mejor amigo o hermano. Reviso el gps del auto de Kakucho, este señalaba cerca a una cafetería de la ciudad, y su historial hizo una ruta muy poco común.

-¿Un departamento?- pregunta para si mismo. Por lo que sabía Kakucho no pasaba mucho tiempo fuera de Japón y sus conexiones eran únicamente directos del trabajo y no era de ser un gran conversador con otros fuera de su especie. A no ser...-Vaya, parece que por fin mi querido amigo estrenó-

Era un patán y lo sabía.

-Mal momento que me acabe los preservativos que estaban en su auto, en fin, supongo que se las arreglara-

Con una sonrisa amarga apaga su teléfono, justo a tiempo cuando la rubia aparece con su portátil.

La sonrisa blanquecina de la mujer al entregarle el aparato esperaba una respuesta del mayor.

Como si de una niña que espera un cumplido de su padre.

Muy transparente para Ran.

-Gracias....¿Kate..?-por más natural que haya tratado de sonar, no evito que la mujer frunciera el ceño.

-Yo soy Roxy, ella es Kate- señala a la mujer a los pies de Ran

-Eso dije- corta el mayor desinteresado

-Vamos solo pasamos una noche al menos debes saber nuestros nombres- refuta la tercera mujer que se acercaba con unos aperitivos

-Silencio- demanda entre dientes

Ante la orden de Ran, las tres mujeres se miran entre ellas, un poco consternadas tal vez por el hecho de que hace tan solo unas horas fueron tratadas como unas reinas y de pronto sean olvidadas significaría mucho para el ego. Dos de ellas sabían a lo que se llevarían si metían la nariz en donde no debían por eso optaron por no decir nada más. Sin embargo una de ellas, la rubia en cuestión no perdió el tiempo en cuanto se dio cuenta de la derrota de las demás, de inmediato se tiro encima de Ran sentándose sobre sus piernas.

Bad Liar- Ran HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora