7:Todo tiene comienzo y fin

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Mari despertó de golpe, Feli ya no estaba a su lado. Trató de acostumbrar sus ojos a la oscuridad, miró la hora, eran las 5:00 hs de la madrugada.
Su cabeza comenzó a imaginar lo peor. Pero luego recordó que él le había prometido no hacer nada y se relajó.
Se levantó, ducho y limpió toda la casa. Ya eran las 10 de la mañana y sin noticias. Lo llamó muchas veces, le dejó muchos mensajes, pero no respondía, y su corazón que era apresado por su anatomía, lo supo. Eso no era nada bueno.
Salió desesperadamente a la calle y empezó a gritar, sus palabras no eran entendibles, la gente se empezó a agolpar a su alrededor pero nadie la ayudaba, hasta que se desmayó.
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Felipe se deslizó con cuidado, para no despertar a Mari. Se quedó mirandola, como dormía plácidamente, era tan hermosa, y había vivido tantas desgracias. Hizo una mueca de dolor al pensarlo. La vengaria. Nadie podia saber que fue el. Tomó ropa oscura, guantes y miró la hora, 3:00 am. Se acercó nuevamente al sillón y la besó en la frente. Por ella era capaz de matar.... y morir.
Salió y la calle lo saludó con un frió que helaba los huesos. El cielo estaba completamente nublado por lo tanto ni la luna ni las estrellas se podian ver.
Era sábado, pero por el tiempo nadie salía. Sacando algún grupo de adolescentes. Rápidamente llegó a la casa de Mari. Habían luces, pero no se veía movimiento. Se tapo el rostro con el gorro, palpó el cuchillo que tenia en el bolso que llevaba para cursar gastronomía y saltó la muralla. Comprobó si la puerta trasera tenía llave. No. La abrió silenciosamente y entró con cautela. Esa casa era un asco, habían botellas, cigarrillos y diferentes objetos tirados por todo el piso. Trató de no pisar nada que lo delatara. En la sala había un hombre mirando la tv. Como estaba de espaldas no estaba seguro si dormía. Se acercó ya con el cuchillo en la mano y lo pasó por delante de su cuello.
-No te muevas basura.
Escupió Felipe con asco. El viejo se retorció a sentir el acero frío en su cuello.
-No por faaavoor yo no lo estafe, ffue el negroo- arrastraba las palabras, estaba borracho.
Felipe le pasó el filo por el cuello y le hizo una pequeña herida, el soltó un grito ahogado y se tomó el cuello, eso le pasaría la cruda más rápido.
-YA DIJE QUE NO FUI YO QUE FUE EL NEGRO EL QUE SE DEJO LA PLATA DE LA COCAINA- largo de un grito desesperado. Felipe rodeó el sillón y le apoyo el cuchillo en el pecho, encima del corazón.
-No, no vengo por ninguna estafa, ni me interesa. Vengo por su hija Mari. ¿Le suena?
El padre de Mari abrió como platos los ojos y apretó con rabia los puños.
-Esa perra. ¡Debí hacerle lo que le hice a su madre! A mi nadie me abandona.
-¿Qué le hizo a su madre? - Felipe de pronto sintió que habia algo más. Los ojos de aquel hombre desprendían desprecio.
-La mate, no era buena en la cama y me reventaba las bolas siempre, un día vino con que se iba a ir con la estúpida de la niña y la mate. Y tendría que haber matado a esa buena para nada también. ¡Maldición!
-Yo lo voy a matar a usted.-dijo Felipe con asco y enterró la hoja del cuchillo hasta el fondo. En un momento el padre de Marite tomo con sus últimas fuerzas un revólver que se encontraba debajo de un almohadón y le dio un tiro en el tórax. Felipe sólo alcanzó a abrir extremadamente los ojos y la boca.
-ssss si me vooy lo hareé con contigo estúpido inútilllll.- y con un último suspiro, dejó de existir.
Felipe se arrastró unos centímetros por el piso, pensó en Mari. Y lamento no poder verla por última vez, sentía como la sangre abandonaba su cuerpo, sentía como se iba vaciando poco a poco y con su propia sangre escribió casi sin fuerzas: Mari. Quedó mirando hacia la ventana las primeras gotas que caían mientras amanecia. Pensó en Mari unos minutos más justo cuando una última lágrima deslizaba su mejilla.
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Mari despertó en un cuarto blanco. Se incorporó y levantó con cuidado, seguramente le habían administrado calmantes. Se sentía débil. Cuando logró dar unos pasos una enfermera seguida de un doctor serio entraron.
-Buenos días señorita Torres, veo que se encuentra mejor. Tuvo un pequeño derrame, pero logramos agarrarlo a tiempo. Pasó una semana en coma inducida. Pero todos los análisis y priebas le han salido de maravillas. Debe sentirse confundida pero lamento informar que hay unos oficiales que deben hablar con usted, si todavía no se siente con fuerzas, puedo pedirles que vuelvan más tarde.- le dijo mientras la enfermera la ayudaba a volver a acostarse, regañandola con la mirada. Mari decidió que debía saber ahora que había sucedido. A pesar de que se encontraba mareada por lo del derrame, y toda esa información, debía saber porqué Felipe no estaba a su lado. Lo necesitaba tanto. De pronto sintió una punzada de dolor en el pecho de solo pensar en eso.
- Buenos días señorita Torres, soy el agente Torrealba y mi acompañante, el agente Montero.
-Buenos días.- Mari no sabía que más decir. Se encontraba perdida.
-Bueno, debo informarle que su padre fue asesinado. Sospechamos que fue un ajuste de cuentas.- Mari sintió como su corazón se hacía trizas. Tragó saliva. - El asesino también murió de un disparo, efectuado por su padre. Queríamos saber si tiene alguna idea del motivo de ese desenlace señorita, el asesino de su padre escribió su nombre antes dr perecer. Comprendo que su estado de salud es delicado. Pero debemos seguir el curso de la investigación y usted quizás nos podría aportar una pista.
Mari miraba a un punto fijo, con la mirada ida- ¿identificaron al asesino de mi padre?
-Si. Felipe Magrini. ¿Señorita se encuentra usted bien?- la sangre abandonó por completo el rostro.
-Si. Estoy bien.- sólo logro decir.
-¿Puede ayudarnos con alguna información? ¿algo que escuchó quizás?
-Lo siento.... no.... no se nada.
-Debo informarla de otro hallazgo. El cuerpo de su madre fue encontrado en el patio de su casa bajo un contra piso. Todo apunta a que su padre fue el asesino.
Mari abandonó su cuerpo y miraba la escena desde otro lugar. Sus lágrimas nunca habían sido tan amargas. Pero trató de mostrarse fuerte. Por un lado, ahora sabía el porqué de ese sueño. Y sabía que su madre no la había abandonado a su suerte.
-Lo sentimos señorita.
-¿Qué día es?
-¿Disculpe?
-¿Qué día es?
Los oficiales se miraron incrédulos. - Hoy es lunes señorita.
-¿Necesitan algo más? La verdad no se nada.... y necesito digerir todo esto. Necesito estar sola. Espero sepan comprender.
- Lo sentimos, disculpe.
Se retiraron con un saludo cordial.
Se quedó sola. Una vez más. Su padre le había quitado a su madre y a su amor. Se levantó y escribió en su diario unas palabras y sin pensarlo demasiado se tiró por la ventana. Cayó 7 pisos y murió en el asfalto.
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-Pobre chica, parecía que había tomado todo bastante bien.
-¿Quién toma algo así bien torrealba?- se encogió de hombros.
-No lo sé . Pensé que ella.
- Encontramos su diario. En el hablaba de su padre. La sometió desde pequeña a distintas aberraciones. Y el asesino de su padre, era algo así como el novio. Habla de el en muchas páginas. Vivian juntos.
La boca del agente montero formó una perfecta O.
-Si, yo también me quedé sorprendido.
-¿Escribió una carta de despedida o algo por el estilo?
-Antes de lanzarse por la ventana escribió en forma desproporcionada y poco legible "ODIO LOS LUNES"....

Odio los lunesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora