Capítulo 1 Promesas

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Los ojos cafés recorren la bella estancia que esta iluminada con las pequeñas luces de colores y el enorme árbol de navidad. Se fija en cada detalle, es importante esa festividad para ella como para toda su familia.

Sonrió complacida.

—Edith, ¿Quedó bello el árbol?- sonrió y miró hacía donde está la persona que tanto ama- Si, hermanita sé que te gusta y mucho.

Al terminar se bañó rápidamente y vistió un vestido blanco, después se aplicó un poco de maquillaje y corrió al computador. Ella siempre le escribía una carta diaria porque lo prometió y hasta ese momento no ha faltado a una sola de sus promesas.

"Hoy es navidad, un año más para celebrar en familia y para recordar aquellos bellos momentos que compartimos, recordar aun los secretos que hemos guardado con el tiempo.

Hoy es navidad...."

Tiempo atrás.

La bella habitación de la adolescente está limpia y ordenada y el sonido del televisor de la novela romántica que se emite llena todo el ambiente del lugar. La joven que se encuentra tirada en la cama con una pierna cruzada leyendo una revista de moda de una famosa diseñadora de la que ella es seguidora fiel.

Ella está embelesada mirando las imágenes de hermosos vestidos y mirando cada detalle, porque su mayor sueño es ser una diseñadora de vestidos de novia y llegar a ser muy reconocida en su país.

—¡Edna Guerrero!— dijo soñadora— seré tan famosa como tú.

Sus ojos brillaron al ver la imagen de la hermosa rubia, alta y de ojos azules que sonreía y sus dientes eran muy hermosos.

Los sueños de esta joven es darle a sus padres el orgullo de tener una hija profesional y con el tiempo sacarlos a flote porque ellos carecen de recursos económicos y siempre viven alcanzados con cuentas por saldar, a pesar de que sus dos padres trabajan de sol a luna. Cada día ella se esfuerza por aprender y en su mente solo hay dos objetivos muy importantes. Ser una diseñadora y olvidar a su primer amor.

En esos momentos suena el timbre de la puerta, que suena varias veces y ella tira la revista enojada en la cama.

—¡Edith! — llamó a todo pulmón perdiendo el glamour — ¿Acaso no escuchas el timbre de la puerta? Bien sabes que esa visita es para ti.

El timbre volvió a sonar de manera insistente.

Ana se sentó en la cama a esperar que su hermana mayor abriera la puerta porque era la visita de su flamante novio. Ella se mordió los labios para controlar los latidos de su corazón.

Al ver que insistía el timbre comprendió que su hermana no iba a abrir la puerta así que dejó escapar un largo suspiro de incomodidad y se fue a abrir la puerta.

Ana solo contaba con diecisiete años y su corazón ya se inclinaba hacia aquel hombre al que le iba a abrir la puerta, pero que sabía que era prohibido porque era el novio de su hermana. Llevaba más de dos años ilusionada con él y fue un golpe muy fuerte cuando ella misma lo llevó a cenar a su casa como su amigo y días después él y su hermana mayor se hicieron novios y sus padres felices lo aceptaron.

Fue un golpe muy duro para la joven y por varios días lloró desconsolada su amargura y dolor. Y desde ese mismo día se prometió sacarlo de su corazón, pero solo escuchaba su voz o lo veía y sus sentimientos afloraban de nuevo y con mucha más fuerza.

Caminó muy lento como si así pudiera evitar verlo o por si la suerte estaba de su lado apareciera su hermana y le abriera la puerta mientras que ella se alejaba, pero no. La suerte estaba muy lejos de esa casa.

Tu  felicidad es mi regalo de NavidadWhere stories live. Discover now