Capítulo 36

1.9K 86 4
                                    

Daniela

El último día del año debería haber sido el más feliz de mi vida, pero, en cambio, fue un infierno. Yo sabía que una gran parte de lo que había sucedido era mi culpa, pero la otra parte era suya. Le había sido sincera porque prefería contárselo yo misma a que se enterara por otros. Y estaba muy arrepentida por haber ido a ese jodido lugar ese día, pero no era consciente de que me iban a hacer esa jodida trampa.

Mi casa ahora mismo era un caos. Estaba muy cabreada porque tenía miles de sentimientos que aparecían y desaprecian. Si mi corazón estaba hecho trizas ahora mismo ni lo sentía. Entonces sin pensar en mis acciones, en lo que podía causar, solté las siguientes palabras y me odié porque sabía que eso le había dolido demasiado. Fue como si le clavarán una maldita daga en el corazón.  

—¡Eres igual que tus malditos padres! Crees otra historia y a otra persona, antes que a la que te está contando la verdad. No me extraña que te abandonaran, igual te lo merecías

Di unos cuantos pasos atrás al ser consciente de lo que había salido de mi boca. Mis padres y mis amigos me miraban extrañados porque no entendían nada de lo que estaba pasando entre nosotros, pero cuando mencioné el tema de sus padres, me miraron cabreados y aparte la vista de ellos.

Thiago se quedó quieto y quería pedirle perdón y abrazarlo, pero ya no serviría de nada. Nuestra amistad y nuestra relación estaba destruida y ya no había nada que arreglara eso. Nos habíamos dañado tanto que no había ni una sola chispa de esperanza para volver a ser los de antes.

Antes de que se fuera me soltó una noticia que me dejó perpleja. No fui capaz de decir nada, ni siquiera de moverme, estaba impactada. 

—Ya que no estamos juntos puedo decirte que no me vas a volver a ver porque me voy a Francia con mi hermana

Esa noticia fue lo que me acabó de destrozar. Él se iba con Mar a otro país, no lo iba a volver a ver. Una parte de mí se murió en ese instante y supe que me había perdido a mí y que lo había perdido a él para siempre.

Bajé los pocos escalones que me quedaban y me dirigí a la puerta para irme de mi casa. No podía soportar este ambiente. Pero escuché a mi padre llamándome y no parecía que estuviera muy contento, sino que parecía enfadado.

—Daniela Miller, ni se te ocurra dar un paso más. Ya puedes venir aquí y contarnos qué carajos acaba de pasar entre vosotros dos

Me giré hacia ellos resoplando, me senté en el sofá mientras ellos se acercaban y me miraban atentamente mientras esperaban que de mi boca saliera una respuesta al respecto de todo esto.

—¿Vas a hablar o te vas a hacer la muda?—me preguntó mi hermano

—¿Qué quieres que te diga, Gabriel? ¿Qué si hemos roto? Sí hemos roto, no estamos más juntos

—¿Por qué?

—No te tengo que dar ninguna explicación

—Señorita, le hablas bien a tu hermano y nos das una explicación ahora mismo—me dijo mi padre

—Todos sabíamos que esto iba a acabar pasando. ¿Qué hago si dos idiotas me hicieron una maldita trampa y uno de ellos me besó a la fuerza sin mi consentimiento y me hicieron quedar como la mala de la película?

—¿De qué estás hablando?—me preguntó mi hermano

—Que todos sabíamos que en el instante que me enfrenté a Santiago y a Ryan no iban a parar hasta joderme la vida. Que si a Ryan no le basto con desvelar que he sido una drogadicta, me acaba de matar cuando decidió encargarse de joder mi relación con Thiago

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora