Capítulo 42

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Daniela

Después de todas las sorpresas que me llevé el día de ayer se me quitaron las ganas de salir de fiesta. Kevin entendió mi frustración y se quedó toda la noche conmigo. 

No puedo negar que volver a verlo me revolvió el estómago y no fue una sensación de mariposas en la barriga, sino una sensación más amarga. Fue como si el corazón se me contrajera y me ardiera. No esperaba volver a encontrarme con él o al menos no de esta manera, pero me tendieron una trampa. 

Hoy no me apetecía salir a comprar ropa, así que me quedé en mi casa con mis amigos. Estaba tumbada en la toalla al lado de la piscina mientras hablaba con Kevin que estaba apoyado con sus brazos en el borde de la piscina.

Me estaba quedando dormida por el sol y porque había estado bastante exhausta por los campeonatos. Mi novio se sentó a mi lado y me levanté de un salto cuando escuché la voz de Jessica y parecía que lo que me quería decir era grave porque detrás suyo apareció Jay con una cara de disgusto y él no solía aparecerse en mi casa y menos con esas muecas.

—¡Daniela, ven urgentemente!—me gritó Jessica y di un salto para correr hacía ella 

—¿Qué pasa?—le pregunté y me pasé la toalla por los hombros—Me estás preocupando, Jess. Dime ya qué es lo que ocurre

—Deberías verlo tú misma—me dio su teléfono y se lo arrebaté

En su teléfono podía ver a la perfección a una de mis peores contrincantes, que para ser sinceros del todo me odia por humillarla en el ring, pero lo sorprendente es que al lado suyo había un chico que conocía a la perfección, era el hermano de Santiago. Recuerdo que se acabó retirando hace un año, pero no supe nada más de él.

—¿Qué tiene que ver conmigo esta foto?—le pregunté a Jay y ladeo la cabeza

—¿Te acuerdas de que el año pasado intentaron bajarte de unos cuantos campeonatos?—asentí con la cabeza—Antes no sabíamos quién era porque esa persona no se dejaba ver y porque usaba un nombre falso, pero esa foto nos destapó la verdadera identidad

—¿Me estás diciendo que el capullo que intentó bajarme de tantos campeonatos es el hermano de Santiago?—insinué sabiendo la respuesta

—Sí...y no solo eso—volví a prestarle más atención

—Sorpréndeme Jay, ¿qué más hizo ese imbécil?

—Intentó venderme—la furia me subía por la espalda—Se apareció por el gimnasio y me ofreció una buena cantidad de dinero para qué te abandonará y me fuera con su equipo—solté una risa irónica

—Pero no se vendió. Sigue estando contigo—me aseguró Jessica

—Tenlo por seguro que sé que no te venderías y mucho menos te rebajarías al nivel de ellos—le dije a Jay—Hay una diferencia entre nosotros y ellos. Nosotros sabemos lo que es ser leal, en cambio, ellos no. Se piensan que el dinero les va a facilitar todo e incluso que te pueden comprar, pero eso nunca va a pasar

Relajé mis hombros y la furia fue desvaneciendo de mí. Sinceramente, estaba completamente segura que él lo hacía para vengarse de mí por filtrar el video de Santiago golpeándome y admitiendo sus sucias trampas.

Mi vida era una montaña rusa constantemente. Siempre cuando sentía que mi entorno estaba calmado tenía que aparecer una víbora y fastidiarme todo. Por si no fuera suficiente, todos mis enemigos se me abalanzaban uno tras otro. Parece que les gusta jugar con fuego y quemarse. 

Ellos no saben que aunque intenten derrumbarme y dejarme destruida no lo van a conseguir. Con el tiempo fui dejando todos mis miedos atrás y forjé una armadura tan fuerte que es imposible que la traspasen. Yo estoy blindada y no hay nada que consiga atravesarme. 

Corazones en llamas ©Where stories live. Discover now