DD | ❝Sólo conoce el amor quien ama sin esperanza.❞
Sascha Haas enterró su pasado en las lodosas trincheras de Francia y renació en el infierno de Small Heath en la pandilla del hombre que salvo, pero ni todo el humo industrial de la ciudad logró...
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LA POLICÍA NUNCA ERA AMABLE CUANDO HACÍAN UN ARRESTO, asumiendo que toda violencia y falta estaría justificada porque trataban con "criminales", era cómo si esa etiqueta fuera reemplazada por la de "Ser humano, cuidado está vivo y siente". Para el momento en que Sascha entró a la oficina, su oficial de migración no fue menos duro cuando los hizo pasar a la sala de interrogatorios.
─¿Sabe que es esto, señor Hass?─preguntó el oficial Dawson al enseñarle numerosas hojas llenas de nombres y fechas, el rubio intentó mirarlos con detalle, pero en cuanto trató de hacerlo, el oficial la retiró.
─¿Una especie de registro?─Sascha cuestionó con un tono indiferente al hundirse en su asiento.
─ Cerca, es una parte del Registro Nacional Extranjero aquí en Birmingham y... ─ el oficial se sentó e inclinó sobre la mesa con sus ojos entrecerrados─, resulta que usted no está aquí.
El rubio elevó una de sus cejas ─Tal vez no ha buscado en la ciudad correcta, oficial.
─ Créame que hacerse el gracioso va a ponerlo en más problemas, así que yo fuera usted, cerraría la boca y sólo respondería cuando me lo ordenan─ dijo lentamente entre dientes mienta juntaba sus manos y su espalda se enderezaba, tratando de dar una imagen de superioridad que Sascha no podía comprar, no después de haber tratados con tantos como él ─. Ahora, ponga en la mesa su tarjeta de identificación.
Sascha se mofó al cruzarse brazos y negar con la cabeza sin apartarle la mirada ─No la tengo.
─ Eso es lo que pensé, ¿Permiso de trabajo?
─No.
─¿Visa?
─No la tengo aquí.
─¿Pasaporte?─el oficial Dawson presionó, Sascha estaba más que irritado, tenía que repetirse que debía mantener la cama y no complicar su situación, era seguro que Tommy estaba moviendo sus hilos desde afuera para sacarlo. Él confiaba en que en cualquier momento, entraría alguien diciendo que su detención fue un error.
─Oficial, ¿Para qué me hace preguntas de las que sabe su respuesta? Sus hombres me esposaron apenas les dije mi nombre, ni siquiera tengo puesta mi chaqueta y mis bolsillos están vacíos.
Dawson se encogió de hombros mientras apuntaba algo en su carpeta y la cerraba ─Revisión de rutina.
─¿A dónde va?
─Ya me ha confirmado que no tiene nada que nos sirva para esta conversación.
─Sí, nada conmigo encima, pero en casa puedo traer...
─¿Documentos falsos? No se moleste, se los viejos trucos─ Dawson pasó una mano por el poco pelo castaño oscuro que ya tenía en la cabeza, estaba demasiado calvo para un hombre de menos de mediana edad, pero Sascha suponía que debía ser producto del trabajo─, pero yo también tengo los míos.
