Realidades Paralelas | MiniFic Chrischel.

⭑Capítulo 3⭑

Christopher.

Se mueve de un lado a otro, las manos las tiene llenas de brochas que ni siquiera sé para que las utiliza, por que lo único que se puso en la cara fue el jodido labial y se rizo más las pestañas, colocándoles una capa de rímel.

—¿Qué coño haces con eso? —me ve por el espejo.

Rueda los ojos.

—Me voy a maquillar.

—Rachel, eso ya lo hiciste.

Frunce el ceño.

—Solo me he hecho los ojos.

—Te rizaste las pestañas y ya, no veo que es lo tanto te hiciste.

—Tu que vas a saber —vuelve a rodar los ojos.

—Nos tenemos que ir en diez minutos. Y sigues con el pijama puesto. ¿Así te vas a ir?

A mi no me supone ningún problema, los tirantes del camisón son delgados y el escote es jodidamente perfecto para descubrirle las tetas a mi disposición, y al ser camisón me da la posibilidad de escabullir las manos a su...

—Mierda.

Suelta las brochas, corre al vestidor, desde donde estoy puedo verla, se saca el camisón y se coloca el vestido rojo que alistó desde que llegamos de la revisión ayer.

Se coloca los tacones que me preguntó cómo carajos va a soportar, pero da igual. Toma el bolso y la gabardina, viniendo a mi.

Ni siquiera se ha soltado el cabello de la cola baja que se hizo para apartarlo de su rostro. Está más distraída de lo que la he visto muchas veces.

—Nena...

—Vámonos, se va a hacer tarde.

Sujeto su mano, con la otra le elevó el mentón.

—¿Que traes?

Se muerde el labio inferior.

—Nervios... —susurra—, todos te querían ver con Gema, no sabemos si nuestra relación va a afectar tu campaña... si lo hace te molestaras y me odiaras...

Hay algo más.

—A ti no te importa lo que vayan a decir sobre Gema, lo que quieres es que se revuelque en el piso mientras tú observas desde arriba conmigo —por la forma en que sus ojos parecen oscurecerse, lo confirma—, ahora dime la jodida verdad.

Desvía la mirada.

—Sé que planeaste la propuesta antes de enterarnos sobre el embarazo —habla tan bajo que apenas la escucho—, pero... siento que crees que hice lo del embarazo a propósito... y no quiero ser una Sabrina...

Enarco una ceja.

—¿Cómo sabes que no era algo que yo planeaba? —devuelve la mirada a mi.

Frunce el ceño.

—Estoy hablando en serio, no me quiero parecer a ella.

Suspiro.

—No te pareces en nada a ella. Tu estás loca, pero no a ese nivel... quizá un poco más —abre la boca, ofendida, le saco el coletero, soltando su cabello, comienzo a acomodarlo—, segundo, no pienso tampoco que lo hiciste agrade, para la creación de un niño se necesitan dos, tercero, tu no me estás diciendo que me case contigo por el bien de el par que traes en el vientre, estoy más que seguro que en caso de yo no quererlo, sacarías a ese par sola adelante. No eres ninguna Sabrina.

Abre de nuevo la boca, pero como supuse, no sabe que decir.

—Estoy contigo por qué... aunque me pese admitirlo, me traes como un maldito idiota —no sé por qué mierda le estoy diciendo esto—, me gusta estar contigo, me gustas tu y puedes estar más allá de segura que te amo, así que deja de hacerte telarañas en la cabeza.