⭑Capitulo 7⭑

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Rachel.

—Hay que ponerte el vestido con cuidado —advierte Lulú—. No quiero que alguna piedra te vaya a provocar un rasguño.

Suelto una risa, aunque estoy nerviosa.

El vestido es todo un maldito sueño, diamantes aquí y allá, brillo, enorme, encajes bordados a mano. Es precioso. El corseé me moldea una figura de maravilla, tiene un escote muy, muuuuy... Poco recado, dejémoslo así. La última vez que me lo probé, mis tetas parecían querer salirse del vestido, pero no es que se vea mal. Christopher dijo que así estaba perfecto.

Si está algo pesado, pero no lo voy a usar todo el día, solo un ratito, después usaré el vestido de recepción y al final, el único vestido que mi marido no vio. El que utilizaré para el baile.

—Lulú, ¿Te molestarías si te dijera que Christopher está en al otro lado de la puerta? —susurro—. Dice que él me ayudará a ponerme el vestido...

Suspira dramáticamente.

—Otra vez... Lo que todos sabíamos —se burla—. Rompen todas las costumbres de una boda —me da un beso en la mejilla—. Linda, si tú marido te deshace el peinado y te mueve el maquillaje, ten por seguro que te quedarás viuda.

Suelta otra risa.

Abre la puerta, dónde si, mi precioso marido espera, cruzado de brazos y apoyado contra la pared contraria de la puerta. Ya está arreglado, claro, tiene puesto el uniforme de gala, luciendo todas las medallas se ve demasiado...

—Si la despeinas o...

—Lulú, te aseguro que solo será el vestido. Es que está pesado, ¿Si?

Entrecierra los ojos en mi dirección, pero asiente, saliendo por completo, se va algún lado, mientras mi marido, entra a la habitación, cerrando tras de él. Sonrío ampliamente, pero no me dura mucho, ya que me sujeta por la cintura, pegándome a él. Me da uno de sus besos deliciosos que me dejan con las rodillas temblando, me muerde los labios, haciéndome caminar para atrás, hasta que quedó contra la pared.

—Mi amor... —baja los besos a mi cuello—, mi amor... Por favor... Dijiste que solo me ayudarías con el vestido...

—¿Y me lo creíste, por...? —muerde mi piel, seguro dejando una de sus preciosas marcas.

Lulú me regaño por tenerlas, como dije, el vestido es escotadísimo, por lo que, se ven todas las bonitas marcas que dejo y sigue dejando después de la boda civil.

—Christopher...

—La ridícula ceremonia es hasta dentro de una hora, tenemos tiempo.

—Poniéndome ese vestido nos queda como... ¡No me muerdas las tetas así! —lo regaño.

—Nena...

—No me las muerdas tan fuerte —advierto—, últimamente duelen mucho y el que me las muerdas así de fuerte me las deja peor.

Rueda los ojos, me aparta la bata, dejándome en un camisón. Es lo que me puse para que Lulú me maquillará, pero...

—Mi amor... Por favor...

—Todo el día te la has pasado quien sabe dónde —masculla—. Y ayer solo te vi en la mañana.

Parece niño chiquito. Suspiro. Me desabrochó el único botón que tiene el camisón, me lo quito con cuidado y así, es como quedó en bragas. Eleva la comisura, sujetándome para llevarme a la cama.

—Cuidado con despeinarme —advierto.

—Va a ser imposible, nena.

—Es en serio —mascullo—. Te ves tan jodidamente guapo así —susurro—, ¿Seguro que quieres esto, mi amor? —parpadeo—, no quiero que se te...

Realidades Paralelas | MiniFic Chrischel.Where stories live. Discover now