Unión

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Habían acontecido meses desde la llegada de la familia Geumga, estaban más felices y unidos que nunca. Pocas veces pasaban momentos complicados por causa de problemas y desacuerdos con socios del Sr Cassano pero nada que juntos no pudieran superar.
Al igual que en los malos ratos también existían los buenos; esas cenas juntos hablando de los que ocurría en su días a día, momentos divertidos conviviendo y platicando con un poco de nostalgia sobre algunas anécdotas que ocurrían en el edificio pero seguían siendo aquella familia feliz.

Todo iba bien.
El Sr Cho algunas se mantenía en contacto con el Sr Cassano pues el tenía una familia que atender en Corea.

El agente Ahn a pesar de que seguía trabajando en la Agencia de Corea intentaba ser constante con las visitas de su familia en Malta.

También les iba de maravilla a aquellos empleados de Adiós Globito que emprendieron en Malta y su negocio creció.

El Chef Toto se inscribió a una escuela de cocina sobre comida Italiana para aprender un poco más y ya no ser del todo un mentiroso para Vincenzo. El y la Sra Park tenían un restaurante y algunas veces hacia platillos coreanos y otras italianos, sus clientes aumentaban por la popularidad de los platillos.

El Sr Tak decidió seguir su negocio de sastre en Malta sus ganancias no iban bajas. (Esta vez no encogería trajes.)

La felicidad de los monjes no dependía de algún lugar o algún objeto, ellos simplemente disfrutaban de todo y para ellos era suficiente. También tenían un templo cerca de donde vivían y ellos lo visitaban constantemente.

Larry ahora era instructor de clase de arte/danza tenía un grupo de jóvenes mostrándoles el arte. El era feliz expresando lo que le gustaba.

Miri no se quedó atrás, también era maestra en el taller de música, en una ocasión un joven alto y atractivo llegó a tomar las clases de su taller y con el paso del tiempo ambos terminaron profundamente enamorados. Ahora
estaban saliendo.

La pequeña Dal-Rae creció saludable y fuerte gracias a sus padres. Ahora la enseñaban a hablar. También era muy consentida por sus padrinos, aveces recibía mucho dinero por parte de Vincenzo y ropa muy linda y adorable como regalos de Chayoung.

Al Jefe de la mafia no le podía ir mejor, sus negocios aumentaban cada vez más junto con sus ganancia, tenía toda su familia completa y unida y lo más importante la tenía a ella; Su Hong Chayoung. Para el era necesario verla, abrazarla y llenarla de besos todos los días. Se había convertido en algo fundamental en su vida, estaba seguro que sin ella ya no podría vivir. Era la única por la que dejaría todo solo por estar a su lado.
Este sentimiento era mutuo, al igual que Vincenzo la abogada pensaba que el era elemental dentro de su vida. Cada vez que estaba cerca de el su corazón latía con intensidad demostrando lo mucho que lo amaba profundamente.
Cuando ambos se miraban era como si estuvieran hipnotizados bajo el hechizo del otro, sus ojos sinceros reflejaban lo mucho que se gustaban.

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Chayoung estaba terminando de arreglarse para salir a cenar junto al Sr Cassano pero antes el tenía que asistir a una junta. Estaba terminando de maquillarse frente al tocador cuando por sorpresa alguien toca la puerta.

CH: Entre!.

Respondió ella mientras aplicaba su labial rojo en sus labios.
Por el reflejo del espejo pudo ver aquel hombre vestido de un traje negro elegante que traía un ramo de Rosas Rojas para ella.
De inmediato ella se acercó a el y lo abrazo.

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Vincenzo 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora