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Cuando Heizou logró llegar sigilosamente a la imponente puerta principal de aquella siniestra mansión sin ser detectado por nadie, una sutil sonrisa se dibujó en su rostro. Su mirada irradiaba esperanza, anhelando eludir el funesto destino que se cernía sobre él. Con cautela, giró el pomo y se lanzó a correr, esforzándose al máximo en cada zancada. El pánico se apoderaba de su ser, el sudor frío brotaba sin demora. Se hallaba inmerso en una frenética persecución, donde él era la presa. Fue en ese preciso instante que percibió un desgarrador grito. Heizou se desplomó, su rostro impactando contra la fría tierra, cubierta por un manto de plantas. Al levantar la mirada, temeroso, se encontró con una escena desagradable: Kazuha estaba perpetrando un acto atroz, arrebatándole la vida a una joven que, llena de pánico, profería desgarradores lamentos.

Se hallaba ante el tétrico espectáculo de un asesinato. Su mirada se llenó de horror al observar cómo Kazuha hundía sus colmillos en la garganta de la indefensa chica, succionando lentamente cada vestigio de vida, provocando en él una extraña euforia. La visión de cómo el albino, dejaba caer el cuerpo de la desafortunada víctima intensificó la sensación de desgracia. Temeroso, Heizou se resistió a ponerse de pie, especialmente cuando el monstruo giró su atención hacia él. Buscó refugio en sus propios brazos mientras los pasos del depredador se acercaban lentamente. Una vez más, se sintió diminuto y frágil en comparación con esos hermanos que encarnaban el horror.

El cuerpo del pelirrojo tembló cuando sintió la fría palma de ese demonio. Kazuha lo observaba mientras luchaba consigo mismo para no hacerle daño.. agarro su barbilla y lo obligó para que levantara su cabeza y lo viera "¿Porque estás afuera? ¡¿Sabes lo peligroso que es salir cuando hay luna llena!?" El regaño por parte de Kazuha sonó por toda la zona. Su ira radiaba en su voz. La cual era ronca y rasposa al momento de soltar esas palabras.. "Vete. Si Scara te ve.. seguramente te obligará a crear un vínculo con el.. y no creo que quieras eso." Sin más soltó con brusquedad la barbilla del pobre ojiverde..

Heizou se sentó en el frío suelo mientras veía cómo aquel chico albino se alejaba de él. A pesar de las circunstancias, no pensaba echarse para atrás. Agarró coraje y salió corriendo, desesperado como si su vida dependiera de ello. La horrorización y el pánico crecían con cada pisada que daba. Estaba cerca de su libertad; podía ver las luces de la ciudad, destellos que se convertían en su esperanza. Había sido más fácil de lo que imaginaba, y mientras lloraba de felicidad, se dio cuenta de que, en realidad, era mucho más simple de lo que pensaba. Y si. Era muy fácil para ser verdad

"¡HEIZOU!" Gritó un enfadado Scara, con ojos de un tono carmesí, sediento de venganza. Quería acabar con ese maldito de ojos esmeralda que siempre buscaba la forma de escapar. El peliazul aumentó la velocidad, dando inicio a una persecución que determinaría el futuro de Heizou. Si Scara lograba atraparlo, posiblemente moriría. Pero si alcanzaba la ciudad, encontraría protección.

Estaba a escasos pasos de alcanzar su libertad cuando alguien lo atrajo hacia las sombras de un callejón, logrando así arrastrarlo dentro. Estaba decidido a expresar su agradecimiento a quien quiera que lo hubiera salvado de esa vida miserable. Sin embargo, al alzar la vista, se encontró con ojos carmesí resplandeciendo en la oscuridad de la noche sombría. Quedó petrificado y anheló escapar cuando sintió dos pinchazos en su cuello; eran los colmillos de ese maldito vampiro. Se retorcía en sus brazos, gritando y negando con la cabeza. No podía permitirse morir ahí, pero era inútil; sus fuerzas lo abandonaban y gradualmente empezó a ceder ante la fuerza. Desconocía quién demonios era, pero estaba seguro de odiar a ese vampiro maldito por devolverle una vida pintada nuevamente en blanco y negro, arrebatándole el color que casi había logrado alcanzar.

Lo último que recuerda es el dolor y la desesperación que sintió en ese momento. Recuerda el pavor y el acoso que experimentó en aquel callejón, recordó el como esos colmillos penetraron su piel causando una marca y daños en su cuello. Lo que no ha logrado comprende es cómo carajos, despertó en su habitación de esa mansión. Se quedó sin palabras mientras negaba, completamente petrificado. No podía ser verdad... No había regresado allí. Debía de ser una maldita broma. Golpeó su rostro intentando despertar, hizo todo lo posible, desde pellizcarse hasta cortarse, pero fue inútil. Estaba de vuelta en esa horrible pesadilla, y se quedó en el suelo gritando desconsolado. Quería morir ahí mismo. No podía soportar regresar a ese maldito cuarto.

"Heizou... ¿Está todo bien?" Escuché la voz preocupada de Kazuha detrás de la puerta antes de verlo entrar sin permiso o mi autorización.. lo que más me enfado fue verlo junto a Scara, porque mierda siempre estaban los dos juntos, eso lo irritaba por el hecho de saber que a comparación de esos dos el no era nada. Mordió su labio inferior, dudando si contestarle, pero al final explotó por la insistencia provocada por parte de Kazuha. Con un suspiro cargado de angustia, pronunció con amargura: "SOLO DÉJAME EN PAZ. LO ÚNICO QUE HAS HECHO ES HACERME SENTIR MAL, TÚ Y TU HERMANO. REALMENTE LOS ODIO. DESEARÍA QUE SE MURIERAN." Sus palabras brotaron con una intensidad emocional abrumadora, cargadas de resentimiento y dolor.

Se sintió mal por lo que dijo, pero no se echaría hacia atrás; las heridas emocionales eran demasiado profundas. Él lo merecía; su hermano también merecía esas palabras. Ambos, sin duda, eran unos monstruos despiadados. Tras soltar aquellas palabras, el silencio se apoderó del espacio, dejando que la pesadez del momento flotara en el aire como un recordatorio doloroso de la turbulenta relación entre Heizou y esos hermanos.

Heizou se encontraba petrificado por el pánico y la frustración, atrapado en una espiral de acontecimientos desgarradores. Scara, lleno de furia por el intento de fuga de Heizou, evitaba el contacto para prevenir una confrontación inminente. Mientras tanto, Kazuha se sumergía en un mar de confusión, luchando contra las turbulentas corrientes de emociones. La atmósfera vibraba con la intensidad de sus sentimientos entrelazados, creando un torbellino emocional incontrolable.

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Las emociones de Heizou son un descontrol, Scara está furioso y Kazuha confuso realmente la atmósfera de esa habitación es una la cual no quisieras experimentar.. una atmósfera llena de sentimientos comprimidos y resentimientos de por medio.. el siguiente capítulo viene con más drama y tensión! Oh dios! Estoy tan emocionado que realmente quiero saber ya que pasará a continuación! Y sin más que decir... Hasta el próximo capítulo.

Lágrimas de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora