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Nunca pensó que su cuento de hadas estaría terminando de ese modo, pero lo estaba. Baekhyun se había levantado muy temprano en la mañana al escuchar como su esposo estaba dando vueltas en el pasillo afuera de su alcoba, hablando con alguien por teléfono, como casi siempre, por lo que Baekhyun terminó haciendo una mueca, viendo el espacio a su lado en la cama, de donde Chanyeol había salido y seguramente no iba a regresar.

De todos modos, pensó que ya no importaba, Baekhyun se estiró mientras se sentaba en el borde de la cama, procesando el hecho de que ya había amanecido. tallando su cara y tratando de peinar su cabello, la luz que entraba por la ventana era realmente brillante, eso le complicaba abrir sus ojos del todo, por lo que solo suspiró con más fuerza, cuando tomó voluntad y se levantó para poder empezar con su día.

No era que fuera alguien tan ocupado como Chanyeol, pero tampoco tenía esa opción de quedarse en cama todo el día.

Baekhyun había salido de la alcoba para encontrarse con Chanyeol, trato de hacer que lo mirará o que al menos le sonriera, pero Chanyeol estaba poniendo esa expresión que tenía cuando estaba de mal humor y le señaló el final del pasillo, como diciendo “fuera de aquí”, para luego cubrir la bocina del teléfono y decirle algo más “Esto es importante” dijo y Baekhyun asintió, apresurándose a salir de ahí, sin quejarse ni decir nada, simplemente andando hasta una alcoba continúa a la suya, en donde sus hijos dormían, cada uno en su cama, aún cómodamente, odiaba tener que perturbarlos en su sueño perfecto, pero era momento de ir a la escuela. 

Baekhyun tenía tres hijos con Chanyeol.

Su hijo Nam Gil Park o Park Nam Ri, era su hijo mayor, él que había nacido hacía más o menos ocho años, Woo Ri, era su segunda hija de solamente cinco años y al final, tenía a su bebé de solamente dos, Hee Nam, a quién descubrió despierto en su cuna, solamente esperando que algo pasará probablemente, mirándolo con sus grandes ojos cuando apareció encima de él.

-Hola Hee Nam, mi lindo bebé.- Baekhyun estiró sus manos hacía su pequeño, que tenía su chupón en su boca. -Debes tener hambre.-

Ellos tres eran su adoración, no había nada más en el mundo que Baek quisiera más que sus tres hijos, por eso, cuando se acercó a ver a sus dos hijos mayores y los vio dormir sin darse cuenta de que él había entrado a la alcoba, Baekhyun terminó por inclinarse y besar la cabeza de su hijo mayor y luego hizo lo mismo con su hija y cuando ella se quejó un poco al despertar, Baekhyun comenzó a llenar su cara de besos, por todos lados, mientras que se reía un poco.

-No quiero.- se quejó Woo Ri, sin abrir los ojos siquiera, mientras se estaba tallando la cara, sintiéndose completamente de mal humor, como casi siempre cuando despertaba.

-Anda, te haré de comer tu favorito, ¿de acuerdo? pero tienes que levantarte para ir a la escuela.- dijo Baekhyun, esperando que eso pusiera de mejor humor a su hijo, sonriéndole, mientras le daba pequeñas palmaditas en su espalda y ella se giraba hacía la pared, Baekhyun revisó a su hijo mayor, quién terminó solo bostezando y estirándose con mucha fuerza. -Vamos Nam, no puedes quedarte en la cama, no sería justo para los demás, anda, vamos todos.- Baekhyun cargó a su bebé saliendo de la alcoba, mientras escuchaba a sus espaldas como los demás seguían quejándose en voz baja, haciendo ese sonido ronco con la garganta, mientras Hee Nam era llevado en contra de su voluntad al baño para limpiar su pequeña cara.

Baekhyun sonrió cuando acarició el cabello de Nam Ri cuando esté ya estaba limpio y sentado en su asiento, justo al lado de su hermana, justo al otro lado de Hee Nam que luchaba por llevarse cereales a la boca con sus regordetes dedos, ahora todos estaban cambiados y estaban comiendo alegremente una torre gigante de hot cakes, estaban de mejor humor, incluso moviendo sus pies de atrás hacía adelante, en las sillas demasiado altas en realidad para ellos, pero insistían en seguir sentándose en ese sitio, porque ya era muy grandes, así que aunque apenas alcanzaba la altura de la mesa, estaban demasiado contento. Hee Nam era el único que estaba usando su sillita alta aún, luciendo tan adorable con su babero.

En piezasWhere stories live. Discover now