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–Sakura, sé que eres consciente del aprecio que tengo por ti y por todo el tiempo que pasamos juntas cada vez que podemos, pero tengo que decir que esta vez me has tomado por sorpresa. –La pronunciada sonrisa en el rostro de la chica del clan Yamanaka daba cuenta de lo divertida que la situación en la que yacía estaba pareciéndole, era como si no pudiese acabar de creérselo. –Digo, luego de días sin hablar te comunicas conmigo de la nada y me pides que salga a beber contigo.

–¿Hmm? ¿Y qué se supone que hay de raro en eso?

–Yo no diría que es raro, pero sí sé que tú no eres una gran fan del alcohol, lo que es irónico porque tu maestra es una bebedora experta. –Comentó Ino, haciendo una evidente alusión a Tsunade, la Quinta Hokage.

Acomodándose sobre su asiento, Sakura pasó sus dedos por su rosado y corto cabello con intenciones de peinarlo, yendo de arriba abajo con suavidad, procurando evitar, además, el contacto visual con su rubia amiga, centrándose en la copa que yacía bajo sus narices. –Dedico varias horas de mi día al hospital, sería irresponsable de mi parte ponerme a beber solo porque sí cada vez que se me dé la oportunidad.

No era estrictamente necesario indagar un poco más allá para caer en cuenta del nivel de irritabilidad que Sakura desprendía, ¿podría ser producto de una mala semana? ¿o tal vez solo estaba agotada de la carga laboral que caía sobre sus hombros? Ino no lo sabía y probablemente Sakura no le proporcionaría mayores detalles, aunque hiciera el intento de preguntárselo directamente.

Sin quitarle los ojos de encima, Ino observó a Sakura tomar su vaso servido con sake, llevándolo directamente hasta sus rosados labios para beber todo su contenido de un solo viaje, ignorando el ardor que dicho líquido generó al descender por su garganta.

Haruno acabó percatándose de la intensa mirada que aquellos azules ojos estaban dedicándole, por lo que se animó en tomar la palabra. –Hasta hace un rato que no dejas de mirarme, Ino ¿Qué mosquito te picó?

–Me parece que soy yo quien debería hacerte esa pregunta. –Contestó, imitando el actuar de su amiga al beber de su vaso, pero a diferencia de Sakura, con moderación. –¿Estás segura de que no hay nada que te gustaría compartir conmigo?

–Ya te lo dije, solo me dieron ganas de salir a beber y ya, no hay mayor ciencia en eso.

–¿Ah sí? Hace unos días cuando fui de pasada al hospital me contaste que tenías intenciones de verte con Naruto pronto y ayer te tomaste la tarde libre... –Balbuceó Yamanaka, era como si estuviese pensando en todas las posibles variables que pudiesen dar respuesta al inusual comportamiento la chica sentada frente a ella. –¿Qué? ¿Acaso tu pequeño reencuentro con él no fue como imaginabas?

La intuición de Ino era intachable, era una kunoichi bastante perspicaz incluso para asuntos que no eran merecedores de su atención, aquello también podría significar que era una persona que obtiene disfrute al inmiscuirse en asuntos ajenos, pero Sakura no podía ir y fastidiarla al decírselo, no al menos por ahora, su cansancio a nivel mental no se lo permitía.

Sakura no creía tener el control absoluto de su mente en esos momentos, pues con tan solo recordar los planes que llevó a cabo el día anterior con el ninja que de repente se había vuelto el tema central de la conversación la primera imagen que venía a ella era de Naruto plantándole frente para decirle. –Acabas de decir que cualquier chica sería afortunada de salir conmigo ¿no es así? Entonces... ¿No te gustaría acaso ser tú esa chica tan afortunada?

No podía soportarlo, el tan solo recordar a Naruto dedicándole tales palabras le generaban unas ganas extremas por estrellar las palmas de sus manos contra su rostro, esperando que el impacto la hiciera espabilar de algún modo y la llevasen a pensar en otra cosa, lo que sea que le permitiera librarse de esa insoportable sensación en su pecho... ¿vergüenza quizás? No estaba del todo segura, de lo único que estaba segura era que no podía olvidarse esas palabras de la cabeza ni tampoco la dura expresión que el rostro de Naruto adoptó en esos momentos.

Sal conmigoWhere stories live. Discover now