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Reneé Rapp: Arranca el coche. +18

ADVERTENCIA: CONTENIDO SEXUAL.

La rubia se encontraba en una de las tantas entrevistas, junto al elenco de "Chicas pesadas".

Reneé no lograba mantener su atención, estaba exhausta. Ya no tenía idea de qué hora era, lo único que sabía es que quería irse a su departamento y acurrucarse junto a su novia. Había estado sentada en esa misma silla desde las nueve de la mañana. Todos las entrevistas eran casi iguales, su mente y cuerpo estaban en modo automático, respondiendo sin pensarlo mucho.

Cada tanto buscaba con la vista a su novia que se encontraba detrás de cámara, para tener un momento de confort. En cada receso Reneé corría hacía los brazos de su amada, con ansias de poder pasar un rato con T/n. Necesitaba un fuerte abrazo para seguir a la siguiente entrevista.

Hasta que la nueva entrevistadora, sacó un as debajo de su manga, una pregunta que llamó la atención de la rubia y cambió todo su comportamiento.

-Tal vez sea poco profesional de mí parte pero Reneé, debo un hacerte una pregunta. Es personal y estás en toda tu libertad de ignorarla. Pero, T/n T/a, ¿huh?- como un perro, las orejas de Reneé parecían haberse entusiasmado al oír ese nombre tan especial. Su corazón se aceleró y sus mejillas se tornaban rojizas. Una sonrisa tímida adornó su rostro iluminado. Miró instantáneamente a su novia, quién sonreía vergonzosa al escuchar ser nombrada.-Me encantaría saber cómo se conocieron la pareja más encantadora del momento, si es que estás de acuerdo.

Reneé buscó una aprobación de T/n en su mirada, la cual le otorgó mientras asentía.

El cuerpo de Reneé se reincorporó en su silla de manera animada e interesada. Podía sentir como vibraba de mariposas. El simple hecho de escuchar su nombre, la llevó a un momento de éxtasis y emoción.

Con un pequeño chillido de felicidad, la rubia se concentró en contar detalladamente el día del encuentro. Amaba poder hablar de su novia.

-¡Oh! Me encantaría, me encanta recordarlo. Fue en una "pequeña reunión" en casa de Taylor. Cuando entré... ¡agh! ¡por dios!. Allí estaba, directo en mí línea de visión, en todo su esplendor.- comenzó, T/n rió por lo bajo. Sus mejillas rojas.-Quedé helada, ahí mismo. Yo la conocía pero por sus canciones, jamás habíamos hablado ni cruzado en persona. Te juro, sentía que podía hasta vomitar. Estaba vestida tan sensual, pero a la vez tan sencilla. Había algo que me volvió loca. Recuerdo que estaba conversando con Phobe Bridgers y Lucy Dacus, una cerveza en su mano. Son tonterías, pero cada detalle que encontraba, me parecía cada vez más atractiva. Taylor se acercó y me sacó de mí ridículo trance. Obvio que observó todo. Ahí comenzó su misión.

Cada palabra que salía de su boca salía con una inmensa alegría y eran acompañadas con gestos de sus manos. Sus compañeros y la entrevistadora la observaban con sonrisas en sus rostros. Parecía mentira pero se podía sentir el amor y felicidad radiar de su cuerpo, había sido cuestión de segundos cómo cambió el ambiente.

El corazón de la joven se retorcía de ternura y amor al escuchar a su mujer hablar tan feliz de ella.

-¿La mismísima Taylor Swift fue tu casamentera?- preguntó la entrevistadora, riendo.

-¡Sí! E hizo un excelente trabajo.

-Tay, ¡dijiste que iba a ser una pequeña reunión!- la joven reprocha apenas divisó a la rubia acercándose. Su reproche fue acompañado por un empujón leve al hombro de la rubia mayor, quién rió.

T/n y Taylor se conocieron cuando la carrera de la joven recién había comenzado. Taylor la tomó bajo su ala y la asesoró en cada paso. La joven la adoptó como su hermana mayor, volviéndose su única familia en Estados Unidos desde que ella se mudó. Con el tiempo su carrera iba sacando fruto, todo por su cuenta. Las cuerdas de Taylor la ayudaron pero la joven se negó a ser una nepo baby, o al menos no por completo.