Capítulo 2

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Jade

Cuando mi padre abrió la puerta y vio el percal del salón, concretamente del sofá, su rostro fue digno de fotografiar. Nekane, Viviana y yo estábamos sentadas en el sofá gris del piso familiar, charlando de cualquier tema mientras tomábamos unas infusiones de canela y manzana que compró mi madre – a veces me salía solo llamar mamá a Vivi, aunque a veces era casi siempre –.

–¿Qué haces tú aquí? – preguntó mi progenitor a la chica que estaba a mi lado. Fue ver entrar a mi padre y dejó de reír para mostrar un rostro mucho más serio y frío.

–Enseñarle a tu hija que tiene una hermana desde hace dieciocho años, por ejemplo.

Fue frívola, recordando mucho a cuando mi padre se enfadaba por teléfono por trabajo. Cosa que era habitual, muchas veces había problemas y se tiraba horas y horas en su despacho en casa gritándole a sus trabajadores por el teléfono tratando de entender el error o porque no había solución.

–¿Podemos hablar de esto en privado, por favor? – se dirigió mi padre hacia mi nueva hermana.

El hecho de que tuviese una hermana de la cual nunca me habían hablado era impactante. Y para colmo, no es que ella tuviese ese presentimiento o algo así, había pruebas genéticas que lo demostraban. Nekane Bari Hidayat y Jade Oliveira Bari eran hermanas. Hijas de la misma madre, pero no del mismo padre. Era dos años y medio mayor que yo.

Cuando llegó Viviana a casa, justo cuando en el directo de OT se habían ido a ensayar la grupal, se sorprendió que hubiese alguien en casa a parte de mí. Hasta que Nekane se presentó y ella pareció saber quien era solo con oír el nombre de la chica. No le hizo falta nada más para acogerla en casa con una sonrisa y ofrecerle una infusión, la cual no dudó en aceptar.

–Creo que esto deberíamos hablarlo en familia Jorge. Ha llegado el momento.

Para mi sorpresa, fue mi madre la que habló. Mi padre, algo tenso, terminó accediendo a hablar los cuatro sobre la situación que estábamos viviendo. No se sentó en el sofá, sino que silenció la televisión – sabía perfectamente que si apagaba la televisión y me dejaba sin directo tendría serios problemas – y soltó un sonoro suspiro.

–Bien, empecemos por el principio.

Parecía muy tenso y algo incómodo. Iba a hablar sobre mi madre biológica de una manera más abierta que en los últimos dieciocho años. Y con Nekane y Viviana como testigos. Jugó con el anillo de oro de su dedo anular, el que se puso cuando se casó con Viv.

–Hace casi veinte años que conocí a vuestra madre. Era una de las mujeres más guapas que había visto jamás. Estaba de escala en Bali, los chicos jugaban un partido amistoso en Japón.

Con los chicos, se refería a los jugadores del Barcelona. Su club, su antiguo trabajo, ese que tanto amaba.

–Yo tuve un problema con mi maleta, me la perdieron y tuve que quedarme una noche más en el aeropuerto de Bali. Justo estaba vuestra madre allí, en el mostrador, pidiendo un cambio de vuelo. Casualmente era el mismo que el mío. Como ningún empleado nos hacía caso, comenzamos a charlar. Yo no tenía donde hospedarme aquella noche y ella sin conocerme de nada me ofreció su casa para quedarme. Al principio me parecía fatal, pero ella insistió tanto que fue imposible negarse – una lágrima se deslizó por su mejilla, la limpió rápido y suspiró –. Aquella noche bebimos, bailamos y disfrutamos de una noche única bajo la luna de Bali. Nos acostamos, cosa que traería consecuencias más tarde.

Me miró y supe perfectamente que consecuencia era. Yo. Lo que iba a ser una noche loca al final terminaría creándome a mi.

–A la mañana siguiente volvimos al aeropuerto y viajamos a Japón. Yo la invité a ver el partido de los chicos, era muy aficionada al deporte. Justo después fuimos a cenar y me habló de ti – esa vez, miró a Nekane, quien estaba muy atenta a lo que mi padre nos estaba explicando –. Me dijo que tenía una hija de casi tres años adorable y que le encantaría presentarme. No me importó que tuviera una hija, estaba muy encandilado por ella. Cuando te vi, sentí que eras la niña más bonita del mundo. Me encantó conocerte. Pasé todo el verano con vosotras en Bali y cuando me tocó volver al trabajo, vuestra madre me dijo que estaba embarazada – volvió a mirarme.

EN EL CIELO | Héctor Fortजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें