𝟚𝟡.

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— ¿En qué pensás? ¿Por qué estás así? —murmuró ella sin mirarlo.

— En lo que dijo Carla —contestó él, siendo sincero— Creo que tiene razón.

Luna se alejó rápidamente, sentándose en la cama y mirando a Nico con la tenue luz que había en la habitación.

— ¿Qué estás diciendo? 

Él no la miró, simplemente se quedó viendo hacia arriba, a la nada, mientras imágenes pasaban por su cabeza. A Luna se le pusieron los ojos llorosos de solo imaginar lo que él podría decirle.

— Luna, entendé, vos y yo, esto, no sé si va a funcionar.

Ella simplemente sacudió la cabeza, levantándose de la cama. No quería ser dramática, pero no podía tolerarlo, no de nuevo. Se quitó la camiseta de Nico de un tirón, se puso la suya, y comenzó a buscar sus cosas, que no eran muchas. Nico se acomodó en la cama para mirarla.

— ¿Qué haces? —preguntó él, nervioso.

— No voy a aguantar esto de nuevo Nico, que me dejes —la voz de Luna temblaba— Entonces me voy yo. 

— No, por favor, escúchame.

— No, Nico, ya está, creo que escuché lo suficiente por hoy y... —ella empezó a llorar, no encontraba el resto de su ropa por ningún lado— Y no puedo, no puedo con esto, perdón.

Él se paró de la cama, intentando pararla, pero ella no se dejó. A Luna no le importo olvidarse cosas mientras salía disparada de la habitación, sacando su celular para pedir un uber. 

— Ni siquiera escuchaste lo que tengo para decirte Luna, no te vayas así —pidió Nico, siguiéndola.

Era de madrugada, por lo cual solo había motos. Luna sacudió la cabeza, le temblaban las manos. No quería escuchar nada, no quería saber más nada. Si Nico iba a dudar siempre de su relación, entonces tenía que irse, porque nada lo haría cambiar de opinión.

— Luna, es lo mejor, yo solo soy un obstáculo... estoy sobrando, hay demasiadas cosas que deberías hacer sin mí, cosas que yo ya pase y que ahora te tocan a vos. 

Ella sacudió la cabeza, llorando en silencio, negando. No quería escuchar esto, no de nuevo, no podía tolerarlo. 

— Luna, en serio, escúchame —pidió Nico, acercándose a ella.

Pero Luna se alejó rápidamente, esquivándolo. Nico se sintió dolido, pero no tanto como se sentía ella.

— ¿Vas a escuchar lo que te dijo una pelotuda que te cogías y no lo que te digo yo? —Luna hablaba con voz llorosa— Ni siquiera te importa, yo... 

Entonces, como solía pasarle cada vez que se sentía mal, empezó a faltarle el aire. Él no se dio cuenta, pero las manos de ella empezaron a temblar más rápido y su corazón parecía que iba a salirse del pecho. 

— No tenemos que despedirnos así Luna, por favor —siguió Nico.

De repente, Luna pensó en su mamá, en lo decepcionada que estaría cuando, otra vez, cayera en su casa, llorando, sin aire, temblando. Se sintió tan mal por ella misma, sintió tanta pena y dolor, otra vez Nico se iba, otra vez la dejaba sola. 

— Luna —Nico se acercó.

Ella estaba parada contra la puerta que daba al exterior, pensando en cómo carajos irse. Esto era demasiado, ¿despedirse de nuevo? ¿Otra vez?

Entonces ya no pudo controlar lo que le pasaba y se dejó llevar por el llanto, por lo que sentía. Era una lloradita y después podía seguir con su vida, hacer de cuenta que nada de esto había pasado, que iba a avanzar como lo había hecho antes. Pero ahora tenía el corazón destrozado, simplemente no podía aguantarlo.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | ɴɪᴄᴏ ꜰɪɢᴀʟ | 𝙲𝙰𝙱𝙹 | +18Where stories live. Discover now