La historia de esta joven comienza con un destino tejido en magia, nacida con dones extraordinarios. Sin embargo, tras la trágica pérdida de su madre, su relación con la magia se torna un oscuro recuerdo. Renunciando a sus habilidades, abraza la fue...
Némesis suspiró y miró a Verónica, parecía nerviosa y asustada.
Némesis: qué te pasa? -dijo mientras apoyaba su cabeza, levemente en su mano, observándola.
Verónica: e-el examen...-dijo mirándolo nerviosa- es complicado...
Némesis volteo la vista y vio que en la hoja, todas las letras se movían desordenadamente.
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Suspiro levemente y acerco si mano a la hoja para usar un simple hechizo, pero prefiero esperar un poco ya que no quería ser la primera en terminar el examen, llamaría la atención de todos sus "compañeros" y profesores. Lo mejor era esperar un rato y entregar junto al resto.
Verónica: oye...-hablo bajito- como te va?...
Parece que a toda costa quería ser amigable. Que fastidioso.
Némesis: aún no decirlo el conjuro...-dijo fingiendo nervios.
Verónica: oh...-le muestra su hoja- yo termine...quieres qu-
Antes de acabar la frase, Némesis interrumpió.
Némesis: Desinequaeso - dió y de inmediato las palabras se quedaron quieta.
(Traducción: detente, por favor)
Esto dejo boquiabierta a Verónica. Hizo parecer muy fácil el conjuro.
Némesis: *maldicion, mi orgullo me gano y termine rápido el examen. Ahora debo entregarlo. AAAH!* - una vena resaltó de su frente, haciendo que Verónica se asustara.
Verónica: sucede algo? -dijo nerviosa.
Némesis: ven, entreguemos el examen juntas.
Aquella frase hizo que Verónica se sonrojara y mirara a Némesis como una diosa de la bondad. La debía de adorar como una a partir de ahora.
Verónica: Némesis-Sama -dijo babeando sonrojada.
Némesis se sintió incómoda, pero lo mejor era ignorarlo y entregar el examen.
Termine.
Qué? Acaso no había sido la primera en terminar?. No, claro que no. El primero en hacerlo fue Mash. Némesis se quedó pensativa unos momentos. Cuando se lo encontraba en el bosque, nunca la miraba el rostro, pero no recordaba ninguna marca de vista. Su sospecha acabo cuando vio que varios alumnos comenzaban a entregar el examen. Era el momento. Camino con la hoja en mano y se quedó en la fila formada. Llegado el momento, el profesor la miro, tratando de adivinar su personalidad y magia.
Lucci: vaya, eres una de las primeras en entregar el examen también. -con la magia de su varita atrae su examen- Está todo correcto. Puedes regresar con el resto.
