That album on summer afternoons

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Se encontraba en medio de una oscura habitación

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Se encontraba en medio de una oscura habitación. Sentado en una silla con un foco en el techo que lo iluminaba en un perfecto círculo que podía ver a sus pies. A su alrededor, marionetas y conejos se dispersaban por entre el cuarto mientras parecían bailar lo que supuso era ballet, al ritmo de una canción que se escuchaba lejana y que parecía acompañada por otro ruido que en aquel momento no logro identificar.

Su cuerpo se sentía pesado y su cabeza oscilaba de lado a lado con una extraña pesadumbre que no podía explicar. Le hubiera gustado decir que estaba borracho pero sabía que no lo estaba. Entonces pensó que estaba enfermo y se iba a desmayar del cansancio que le producía mantener sus párpados abiertos. 

Gustoso los habría cerrado.

Pero a medida que iba perdiendo las fuerzas, esa maldita canción que solo escuchaba su abuelo en la antigua radiola que aun parecía funcionar, se iba escuchando más fuerte, hasta que el fastidio lo venció.

Entonces en un movimiento brusco se volteo sobre el lado vacío de la cama y tapó su oído con la almohada. 

Duró un par de segundos así, hasta que supo que aquella pesadez de su sueño no volvería. 

Entonces se resignó con gran pereza y el ceño fruncido, a abrir sus ojos en la menor medida posible para divisar su alrededor. 

Cayó en cuenta que ese no era su lado de la cama y que Carlos ya se había levantado.

Se quitó la almohada de la cara y escuchó fuerte y claro la razón del desvarío de sus sueños, proviniendo de la sala en forma de el dichoso Vals de las flores de aquel compositor ruso que a su novio le gustaba escuchar. 

Maldijo el momento mismo en que su suegra decidió escuchar a Mozart en el embarazo por que lo leyó en una revista de maternidad barata.

Se sentó en el borde de la cama con gran pereza y tomó sus lentes del escritorio para observar con claridad cómo su pareja desde hacía ya seis años entraba por la puerta de la habitación con un café, un "buenos días", y una mano que acariciaba su cabello. A veces se preguntaba cómo hacía para saber el momento exacto en que se levantaba.

Un día de estos me voy a despertar y va haber un baile de salón de hace dos siglos con sinfónica en vivo —comentó sin mucha gana mientras se dejaba acariciar lentamente por aquella pesada mano que reposaba sobre sus desordenados rizos. Carlos esbozó una sonrisa, besó su frente y abandonó la habitación.

Alcanzó su celular mientras tomaba su café y tanteaba el piso con los pies buscando sus pantuflas. Cuando miro la pantalla de bloqueo de su celular se atragantó con el café y con el esfuerzo de su vida apretó sus labios para no escupirlo sobre la pantalla de su celular.

Se le terminó saliendo por la nariz mientras tosía.

Cuando pudo volver a respirar se mordió la lengua y se jaló el cabello.

Carlando One ShotsWhere stories live. Discover now