Capítulo 5

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- Mi señor, aquí esta lo que pidió -Petko dice mientras me pasa unas bolsas de cuero y un cuaderno. Al revisarlas veo que son lo que necesito -Perfecto -Le digo, pero veo que esta algo inquieto -Su alteza, si la Emperatriz o la Iglesia se llegara a enterar de esto...

-No tienes que preocuparte, si pasa algo yo asumiré la responsabilidad -Explico de manera calmada -Sí, mi señor -Veo que se relaja un poco, pero igual esta tenso. Y no lo culpo, le encargue buscar azufre y guano. Uno es literal mierda de ave, mientras que el otro es un elemento que se asocia a los volcanes, las puertas del infierno. Cualquiera en su posición estaría incomodo sino atacado por llevar esto. Y con la inquisición por ahí dando vuelta, me sorprende que trajera esto sin mucha oposición.

Ahora solo tengo que hervir agua, echar el guano y filtrar el agua obteniendo nitrato de potasio o salitre. Luego, mi siguiente misión es hacer pólvora. Aunque podría continuar con las máquinas de vapor, eso llevaría algo de tiempo por el proceso de forja, además se debe de mejorar el acero. En esta época el acero solo aparece por suerte o es de mala calidad para lo que quiero hacer, aunque podría probar pero sería muy caro por algo de dudosa calidad.

Dejo las bolsas debajo de la mi cama y me devuelvo a Petko -¿Charles estas afuera? -Pregunto con la voz alzada -Siempre, mi señor -Escucho una voz afuera de la habitación -Bien, Petko prepara un carruaje. No, mejor unos 3 caballo -Digo, ahora que no necesito las muletas debería de ir ahora a la aldea -¿Mi señor? -Petko me cuestiona -Solo hazlo, te esperare en la puerta sur -Solo asiente y se va a donde quiera que estén los caballos.

-Charles sígueme -Hablo, mientras salgo de mi habitación. Sí quiero saber de la situación en al menos una fracción de este Imperio, debo de ir sin pronunciarme, eso me dará un contexto real.

Este castillo es grande, así que, nadie notara mi presencia hasta el almuerzo. Pero no importa mucho, ya me inventare una excusa de porque falte.

En nuestro camino hacia la entrada sur del castillo, no pasa nada importante. Al llegar, veo que Petko aún no trae a los caballos, así que, solo estoy yo, Charles y unos guardias en turno.

Pensándolo bien, no he hablado mucho con Charles. Solo se que es un escudero y nada más.

-Así que, Charles ... ¿qué te parece el clima? -Intento preguntar -Esta bien, mi señor -Dice, con un tono respetuoso.

Este tipo, ¿no hablara mucho?.

Opción 2, hablar sobre su trabajo.

-Dime Charles, ¿aspiras a ser caballero? -Que estúpido que soy, si es escudero. Obviamente quiere serlo -Sí, mi señor -Me dice con un tono respetuoso -¿Llevas mucho tiempo en eso? -Digo en un intento de tener conversación -Así es, mi señor. Toda mi familia ha sido caballero, no puedo ser menos que ellos -Dice de manera seria -Entonces, ¿tanto te importa ser caballero? -Le pregunto con curiosidad -Es mi misión de vida, señor -Dice el aspirante a caballero, seguido de otro silencio.

Afortunadamente Petko llega con los caballos. Les indico que cada uno se monte en uno y partimos hacia la aldea que al parecer se llama "La villa de Clamar", menos mal que no se mataron a pensar en un nombre. Con un mapa que conseguí en la biblioteca voy guiando el camino y en menos de 1 horas llegamos.

Grandes planicies cultivadas, unos molinos girando y por las casas veo que al menos son 10 o 15 familias viviendo aquí. Al galopar por el camino veo a los granjeros, labrando la tierra y cuando nos notan, empiezan a señalarnos. Uno de ellos corre lo más que puede en dirección hacia el pueblo.

Al llegar al pueblo noto que se formo un pequeño grupo, principalmente son mujeres algo viejas y niños, los que conforman ese grupo. Ha una distancia al frente esta un anciano encorvado.

Armas, comercio y vaporWhere stories live. Discover now