Capítulo 15

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Fue agradable tener un día de chill.

Sin preocupaciones, sin problemas, solo yo, intentando disfrutando el día, nada más.

Por lo que, no hice nada que fuera "trabajo", simplemente hice cosas simples, como acompañar a Bruni antes de sus clases, converse un poco con Petko y Charles o mirar por unas de las ventanas del castillo a las afueras.

Aunque a medio día, ya estaba aburrido de eso, así que, como era un día de "relajación", me puse a bocetar una maqueta de máquina de vapor para matar el tiempo, algo pequeño y simple, solo un pistón para probar que tan bueno es el acero, pero no le tengo mucha fe.

En eso, pensé "hey, ¿por qué no hacer bocetos de tal cosa?", o "mmm... ¿y si hago el diseño de un telégrafo?", o cosas por el estilo.

Y fue divertido hacerlo, me recordó a cuando estudiaba electricidad, donde se me ocurrió como proyecto teórico, el demostrar por qué con la tecnología de la primera mitad del siglo XXI, era imposible construir un Railgun con la potencia de un mosquete Charleville.

Fue un proyecto interesante.

Pero gracias a ese proyecto, me se de memoria lo suficiente de electricidad y magnetismo para cosas más interesantes.

Como una radio en plena época medieval.

Eso estaría rotísimo.

Con solo imaginar que mi futuro prototipo de radio funcione... sería tan divertido hacerlo.

Problema, no tengo radio, ni cables de cobre, maldición ni si quiera tengo un imán con el cuál generar electricidad.

Lo máximo que tengo o podría conseguir, son las piedras de magnetitas.

Aunque podría crear primero un imanes de Alnico sin magnetizar y generar algo de electricidad usando la magnetita para magnetizar ese imán, y repetir el proceso hasta tener algo medianamente decente.

Y luego, pegarme el salto con la radio o el telegrama.

Lo que me lleva a mi especialidad, la informática.

Después de todo, aunque no exista ni siquiera la idea de las tablas de lógica. Puedo usar mis conocimientos para hacer sistemas de captura, recopilación y análisis de información como ningún otro en este mundo.

Y con un sistema "descentralizado" de comunicación a mi merced, haría maravillas.

Pero por el momento, eso son solo meras fantasías.

Caminando por el largo pasillo, me detengo en la puerta que da la oficina de Tiborg. Golpeo la puerta de manera suave para indicar mi presencia.

—Pase —Dice Tiborg de manera amortiguada. Sin más entro en su oficina, y la veo a ella revisando unos documentos, a uno de los lados veo a una sirvienta parada y en silencio.

Tiborg al levantar la mirada, me mira y deja a un lado los papeles que estaba leyendo. Camino y me paro enfrente de su escritorio.

—Buenos días hijo, ¿necesitas algo? —Pregunta con interés de mi inesperada visita.

—Buenos días Madre, pues, si necesito algo... —Digo con un poco de nerviosismo sobre lo que hablaremos hoy —¿tienes tiempo?.

Veo como Tiborg empieza a pensar un poco.

—Más o menos, en un rato tendré una reunión con Camila para hablar del asunto de las incursiones —Dice algo frustrada.

¿Invasiones?, pero si solo me fui por un mes o un poco más, ¿qué mierda puede pasar en un mes?.

Armas, comercio y vaporDonde viven las historias. Descúbrelo ahora