『 Tan preocupada por el porvenir, me olvidé de aferrarme al amor... 』
La Selección;
más que tratarse de un evento que acarrea bendiciones para todos los participantes, es una tradición para el joven país de Illéa, donde el heredero a la corona ha de...
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The Selected Ones
❛ODISEA POR OPORTUNIDADES❜
Maîtrise suele meditar cuando se enfrenta al desasosiego del porvenir. Sufre seguido de la ansiedad por preocuparse por el futuro, por lo que quiere hacer y lograr. Pero en sus diecisiete años de vida, jamás se había topado con tan grande dilema, o más bien, obstáculo.
La joven piensa que, tal vez, su problema reside en que jamás ha tenido la necesidad de trabajar; no por dinero, al menos. "Estudia, que es la mejor herencia que podemos darte", le dijeron sus padres varias veces a lo largo de su vida, así que les tomó la palabra. Estudió, estudió y estudió, incansable para conseguir un puesto bien merecido en la mejor universidad de Bonita y, de ese modo, alcanzar incluso un mejor nivel entre los treses.
Y ahora ahí está. Llorando y maldiciendo, acostada en su cama y rehusándose a salir lo que resta del fin de semana mientras piensa en qué hacer, después de pedirle tiempo para pensar en su propuesta de matrimonio a un hombre más del doble de su edad: porque nunca había trabajado por dinero y eso es lo que necesita para trabajar en lo que tanto estudió.
Entonces he ahí la encrucijada: ¿Pedir dinero a sus padres para tener los medios para persistir sin el apoyo de Tristan Eco? ¿Aceptar la propuesta de matrimonio de quien creía era su mentor a cambio del deseado puesto fijo en la universidad? ¿O acaso debe cambiar por completo de enfoque?
Como si fuera una trompeta bajada del cielo, escucha a lo lejos lo que, para ella, es una posible cuarta opción—. Claro que dos cartas llegarían —dice su padre, Honest, con repele. Maîtrise se apresura a secar sus lágrimas y correr al baño para lavar su rostro. Sabe de lo que habla: las cartas con el formato de inscripción para la Selección han llegado. Todas las familias de Illéa con hijas de entre 16 y 20 años las reciben. Ahí recide la cuarta cuestión: ¿Sería más prudente entrar al concurso de la Selección, rezar por ser aceptada con tal de tener recursos el tiempo que dure dentro... Y tal vez, solo tal vez, ganar al mismísimo príncipe de Illéa?—. Los reyes no tienen límite, quieren quitarnos hasta nuestras hijas... ¡Por el bien de Illéa, claro!
