『 Tan preocupada por el porvenir, me olvidé de aferrarme al amor... 』
La Selección;
más que tratarse de un evento que acarrea bendiciones para todos los participantes, es una tradición para el joven país de Illéa, donde el heredero a la corona ha de...
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The Fighters
❛¡OH, SOLEDAD, VIEJA DESCONOCIDA!❜
Maude Goodkind jamás ha estado sola por mucho tiempo. Aún cuando se casó con Aidan Goodkind, conocido por ella como un hombre emocionalmente distante y sin lazos fuertes de responsabilidad hacia su persona, nunca estuvo sola. Ahora, puede confirmar el porqué.
Diecinueve años atrás perdió La Selección del actual rey Clarkson; sin embargo, pese a ser una Cinco, llegó más lejos que las otras jovencitas y perteneció un corto período de tiempo a la llamada Élite, finalistas del concurso. Cuando el rey Clarkson decidió que no era lo que necesitaba para una futura reina, salió del Palacio como una nueva y renombrada Tres, siendo la única de las participantes que era ciudadana natural de la capital de Illéa: Angeles. Fue así que Aidan Goodkind la conoció.
El turbulento mes que duró el cortejo es borroso para Maude. De un momento a otro, estaba dando el Sí quiero en una boda lujosa y rígida y al siguiente parpadeo, estaba embarazada de sus gemelos, Miles y Calvin. Por supuesto que jamás estuvo sola; no tuvo el tiempo suficiente entre situaciones para estarlo. Apenas se casó, Aidan Goodkind no la dejó hasta asegurar su descendencia, dado que sus treinta y dos años le estaban cobrando una deuda a rebosar de excesos. Y apenas este recibió la noticia de que esperaban un par de varones, los cuidados no tardaron en llegar: doncellas, doctores y nutricionistas, lo que fuera que necesitara para que el embarazo llegara a término.
Después del nacimiento de Miles y Calvin, más personas llegaron a darle compañía: enfermeras, niñeras, institutrices, luego profesores y tutores. Aún así, con el paso de los años notó que volvían a desaparecer las personas a su alrededor. Apenas sus hijos cumplieron doce años y fueron resguardados bajo el ala de la mentoría de Aidan, su educación dejó de ser en casa, por lo que perdió a las enfermeras, las niñeras, las institutrices, los profesores y los tutores, volviendo a quedar un reducido número de personal, sin embargo suficiente para darles comodidad a ella y a sus hijos cuando volvían de las clases. Por supuesto que jamás había estado sola, porque sus hijos seguían requiriendo de su cuidado en casa.
