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Luego del cumpleaños de Nico, se acercaba el de Luna. Era apenas unas semanas después del de Nico y él estaba dispuesto a regalarle el mundo si era necesario. Junto con Camila idearon un regalo perfecto para ella: una nueva cafetera, de esas de marcas caras, que vienen con un montón de accesorios para que ella pudiera usar. 

Nico sabía que la quería hace rato, pero por distintos motivos económicos, ella siempre le daba prioridad a alguna otra cosa.

Por otro lado, a Luna tampoco le gustaba festejar su cumpleaños. Esta vez cumpliría 24, no le molestaba ponerse mayor, pero sí le preocupaba que su edad implicaba cada vez más responsabilidades. La única responsabilidad que quería en esos momentos en su vida era la de mantener una relación sana con Nico. 

Además, Luna sentía que se estaba enfermando nuevamente. En realidad es que su período estaba cerca y tenía todos los síntomas premenstruales, al menos los que siempre tenía. Cólicos, náuseas, calambres en la parte baja de la espalda, cambios de humor repentinos. Se le sumaba que se encontraba con una gripe que la hacía sentir peor.

No, no quería festejar su cumpleaños.

Sin embargo, ese día, cuando llegó a casa de Nico luego de una larga jornada en la cafetería, la esperaba una fiesta sorpresa. Estaba Camila, Fede, Cata y otras personas que Luna conocía de la vida, la escuela o empleados de la cafetería. Sonreía como boba mientras todos la saludaban y la felicitaban.

Nico se acercó despacio, con un ramo de flores en las manos.

— ¿Vos planeaste todo esto? —dijo ella, emocionada.

— Algo así, tuve ayuda —contestó Nico, pasándole las flores— Para vos.

Luna tomó las flores, sintió su aroma y se le revolvió el estómago. Le pareció raro, ya que había fresias, que era uno de sus aromas favoritos, pero lo atribuyó a que últimamente había estado sensible a olores y comidas. Era su período, pensó.

Entonces, apareciendo por un costado, entraba Camila sosteniendo una caja enorme y pesada. Estaba envuelta en papel de regalo, con un moño encima. 

— Esto también es para vos, de parte de los dos —dijo Camila.

Dejo la caja encima de la mesa y Luna, sonriendo, comenzó a abrirla. Pegó un gritito de felicidad, besando a Nico y abrazando a su amiga, al darse cuenta de lo que acababan de regalarle.

— ¡Están locos! ¡Esto está carísimo!

— Lo mejor para vos, amiga —dijo Camila sonriendo, abrazando con fuerza a Luna.

Entonces Luna dejó escapar unas cuantas lágrimas, que su amiga rápidamente seco. No entendía bien por qué se había emocionado, pero se sentía tan bien ser querida que realmente estaba agradecida por el regalo que le habían hecho.

— No llores boba, te quiero mucho, amiga —le dijo Camila, abrazándose nuevamente.

La noche continuo con todos cantándole el feliz cumpleaños, pero Luna sentía que faltaba algo. Era el primer cumpleaños que festejaba sin Changuito, y por algún motivo, pensó en él. ¿Estaría bien? ¿Se acordaría de su cumpleaños? ¿La extrañaría? Ella no lo extrañaba, al menos no de una forma romántica, extrañaba su amistad. 

Eran casi las 12, su cumpleaños casi terminaba, la gente se encontraba dispersa en la casa de Nico hablando de diferentes tópicos, cuando una llamada llego al celular de Luna.

Era Changuito.

— ¿Hola? —atendió Luna.

— Hola Luna, ¿cómo estás? —la saludó él— Sé que vos y yo no hablamos hace mucho tiempo, pero quería saludarte, desearte un feliz cumpleaños. Vos y yo pasamos por un montón de cosas juntos y, como un amigo, quiero desearte lo mejor, ahora y siempre.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | ɴɪᴄᴏ ꜰɪɢᴀʟ | 𝙲𝙰𝙱𝙹 | +18Where stories live. Discover now