Tierra de Brujos | Chestappen

1K 110 33
                                    

Después de tres semanas pude terminar esto. xD

Disfrútenlo, compártanlo, aviéntenle tomates o que se yo.
Y perdonen las faltas de ortografía. Se hace lo que se puede.


Desde el asiento del piloto, cierto neerlandés veía el enorme arco que estaba en la entrada de ese pueblito.

"BIENVENIDOS A CATEMACO"

Por Jesucristo y sus clavitos, a donde se vino a meter...

El ya tricampeón de la Formula 1, Max Verstappen no tenía idea de cómo había ido a parar a ese lugar. 

O más bien si sabía, todo era culpa de Fernando Alonso.

El asunto iba así, tiene ya varias semanas hablando con su novio sobre formalizar aún mas su relación, una relación que ha tenido sus altas y sus bajas, Max admite que las bajas casi siempre son su culpa pero esos son detalles mínimos, su Checo todo le perdona, porque está enamorado, o como Toño, su cuñis cuñis le decía; "ese pinche wuero te trae bien pendejo".

Hablando de esto con sus amigos en una noche que ellos llaman, noche de machos, tanto Fernando como su compatriota y la pareja de éste le dijeron que era hora de tomar medidas drásticas, aprovechando que estaban a nada del GP de México.

—¿Sabías que hay lugares en México donde se practica la brujería?

Que carajos.

—Alonso de qué carajos estás hablando...

—Es lo que necesitas para que Checo al fin deje las dudas y te pida matrimonio.

Tantos años de carrera ya le había afectado las neuronas, o eso pensó Max, hasta que vio que sus otros dos amigos estaban serios.

Por lo que aquella noche, ese hotel en Austin donde se hospedaban los mejores pilotos del mundo, fue testigo de un plan maestro. ¿El objetivo? Que Max Emilian Verstappen se convirtiera en el esposo de Sergio "Checo" Michael Pérez Mendoza.

Mas tarde podría culpar a Checo, porque lo había abandonado con ese trío, ya que su familia entera había venido al Gran Premio.

__________

Y es por eso que se encontraba en ese lugar, siendo acompañado por Carlos, ya que como Fernando dijo, le ayudaría que este hablara español.

—¿Y si mejor nos regresamos?

—No seas cobarde wey, Nano dijo que la persona con quien nos mandó era de entera confianza.

—¿Tú de verdad crees en estas cosas Carlos?

—Te sorprendería en todo lo que los hispanos creemos Max, vete acostumbrando. Bueno ya, acelera que hay que apurarnos para volver a tiempo y descansar para las prácticas de mañana.

—Checo me va a matar —claramente ese pensamiento no lo detuvo ya que el neerlandés arrancó el carro y aceleró. El que tenga miedo a morir que no nazca, o eso decía su cuñado.

Condujo por las calles hasta que se estacionaron en una casa grande, algo apartada de las demás. Fernando dijo que encontraría una cara conocida. Max sentía que lo había mandado al matadero, seguro era una venganza de los mayores de la parrilla, por todas las veces en las que se comportó como un mocoso malcriado.

Tanto Carlos como Max se bajaron del auto y caminaron hacía la puerta, la tocaron y esperaron. Poco tiempo después una pequeña rejilla se abrió y Max escuchó una exclamación de sorpresa seguida de una voz conocida, Carlos no porque como siempre andaba disociando.

—¿Qué hacen ustedes aquí? ¿Quién los mandó? Estúpido español de pacotilla que no sabe guardar un secreto —Max no daba crédito a lo que escuchaba

Escritos F1 | no hetero's versionWhere stories live. Discover now