Capítulo 40

1.8K 73 11
                                    

Daniela

2 años más tarde...

La brisa del mar amenazaba a mi cabello rubio en pegarse a mi cara. El sonido de las olas del mar me relajaban y cerré los ojos para relajarme. La arena se colaba entre los dedos de mis pies y se sentía bien, me hacía sentir que estaba alejada de toda la presión que tenía constantemente.

Estar tumbada en la arena me hacía pensar en todo lo que había sucedido en estos dos años. Recuerdo que ya habían pasado dos años desde que elegí no contestar esa llamada de Thiago. Y aunque la punzada que sintió mi corazón dolió, no me arrepentí de mi decisión.

Al fin y al cabo, él había desconfiado de mí y eso me dolía muy en el fondo. Además, él ya tenía una vida en Francia y se merecía ser feliz con su hermana y jugando a fútbol, que era su vida. Al menos me sentía agradecida con él cuando decidió dejarme ser feliz y no insistió cuando decidí alejarlo de mi vida.

Durante estos dos años mi hermano me había preguntado si mi relación con Thiago había mejorado y yo siempre le daba la misma respuesta que él conocía perfectamente.

 A lo largo del tiempo, Grace convenció a mi hermano que dejará de hablarme de él y se centró en otras cosas, como en el fútbol y en su novia. Grace y Gabriel estaban muy enamorados y al contrario que Thiago y yo, ellos sí seguían juntos y se veían muy bien juntos y felices. 

Jessica había controlado a su hermano y lo había alejado de mí y desde ese entonces no me había vuelto a molestar y en el fondo lo agradecía mucho. Finalmente con Jess nos hicimos buenas amigas. Mis amigos tenían razón, debía darle una oportunidad para conocerla. Jessica seguía luchando en combates y era bastante reconocida.

Y yo en estos momentos de mi vida me sentía un poco estresada porque después de participar en otra competición de boxeo importante, empecé a ser más reconocida que antes y ahora era una de las mejores boxeadores del mundo. Siempre que viajaba algún país, se me hacía difícil caminar por las calles sin que me reconocieran. 

Después de que rompiera con Thiago, decidí volver a tener una vida feliz. Quería que todo volviera a ser igual o que mejorará, antes de que mi vida se convirtiera en un ring de boxeo. Quería alejarme de todas las rupturas, traiciones, pero sobre todo quería volver a sentirme viva. Quería dejar de llorar todos los días, quería sentir que mi vida tenía sentido, quería recuperarme de todo el daño que me hicieron.

Entonces estuve yendo un tiempo a terapia hasta que volví a encontrar a mi Daniela que había escondido dentro de mí y que había perdido. Y ahora era demasiado feliz. No sé cómo explicar lo bien que se sintió sanar, pero estaba segura de que fue como si volviera renacer.

Al final me acabé durmiendo bajo el sol, recostada en la toalla. Al cabo de unas horas, me comencé a despertar cuando sentí unos labios repartiendo besos por mi cara. Abrí los ojos poco a poco sin quedarme ciega por el sol y esbocé una sonrisa cuando vi a ese hombre esbelto a mi lado. Rodeé su cuello con mis brazos y pasé mis dedos por los mechones de su cabello rubio mientras fijaba mi mirada en sus ojos de color café.

—Buenos días, bella durmiente

—Buenos días, Kev

Puede ser que haya ocultado algo muy importante de lo que cambiado durante estos dos años. Pero debo admitir que en mis planes no entraba la fase de volver a  enamorarme. Ya que después de cortar con Thiago, perdí todas mis esperanzas en el amor y me prometí no volver a enamorarme porque me asustaba, pero Kevin me cambió totalmente mis planes. Llegó a mi vida en el momento perfecto.

A Kevin lo conocí hace un año. Nos conocimos en una fiesta a la que fui con Jess, Grace y mi hermano. Desde que nos vimos en la fiesta, empezamos a hablar y realmente fue muy agradable. Hacía mucho tiempo que no me volvía a sentir mariposas en el estómago, pero él lo consiguió y fue como si cupido nos fechará.

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora